Una niña llamada Lina Álvarez, que comparte nombre con su madre y con su abuela, nació este lunes en el Hospital Universitario Lucus Augusti de Lugo. Si se cumplen las estadísticas, se quedará huérfana a los 23 años, a cargo de un hermano mayor con parálisis cerebral que entonces tendrá 50 años y con otro que tendrá 33.
La recién nacida por cesárea es fruto de una ovodonación ya que, en el momento de ser concebida, su madre llevaba 20 años sin producir ovocitos propios, es decir, menopáusica. Lina Álvarez se ha convertido en la madre viva más añosa de Europa al tener a su hija a los 62 años, una práctica contraria al código de autorregulación de los especialistas en reproducción asistida, que desaconseja llevar a cabo procedimientos de este tipo en mujeres mayores de 50 años. "No existe un límite legal de edad para ser receptora de embriones, si bien la mayoría de los centros consideran los 50 años como el máximo aceptable para la transferencia", se puede leer en el Manual de buena práctica clínica en reproducción asistida, publicado por la Sociedad Española de Fertilidad.
A pesar de proveer a los medios con todo lujo de detalles sobre su embarazo, Álvárez ha omitido uno de los más importantes: quién es el médico que le facilitó ser madre a una edad tan avanzada. Hace diez años, otro especialista se saltó el código, aunque no tanto, y le ayudo a tener a su hijo. Según explicó Álvarez al diario ABC, fue la clínica privada La Esperanza de Santiago de Compostela, que se negó a repetir el proceso dos años después. "Ahora ha sido un ginecólogo de una clínica de fertilidad madrileña, cuyo nombre me impiden desvelar, la que me ha permitido el tratamiento, nuevamente con un embrión donado", relata al periódico.
Según ha explicado a Efe la persona que la acompaña, "todo ha salido muy bien" y madre e hija se encuentran perfectamente. "Lina atenderá a la prensa cuando se reponga de la cirugía a la que fue sometida", ha señalado.
Con quien sí ha hablado la médica gallega es con La voz de Galicia, que bautizó al bebé antes de nacer como niña milagro. En este diario ha contado que la pequeña Lina pesó dos kilos y 375 gramos. «Lloré de emoción durante mucho tiempo», recordó su madre que vivió también momentos muy emotivos cuando su hijo Exiquio, de 28 años, pudo conocer a su hermana y mostrar una grandísima alegría. Exiquio sufre una parálisis cerebral.
El peligro del 'efecto llamada'
El hecho es que la maternidad de esta médica lucense no será la más tardía registrada en España. En la mente de todos, el triste caso de Carmen Bousada, la mujer gaditana que acudió a un centro de fertilidad de EEUU para someterse a una FIV a los 66 años. Su ginecólogo americano declaró entonces que la mujer había mentido con respecto a su edad y la mujer dio a luz a los 67 años en un hospital de Barcelona. Tres años después moría a causa de un cáncer, dejando huérfanos a los pequeños.
Pero la memoria es frágil a la hora de querer cumplir sueños y otros casos de maternidad tardía más exitosos han saltado a la palestra, siempre fuera de España. El último fue el de Daljinder Kaur, una mujer india de 70 años que dio a luz a esa edad tras someterse a numerosos tratamientos de reproducción asistida. "Aunque el útero se mantenga, cuanto más mayor es la mujer, más implantaciones se necesitan para obtener el embarazo, porque el órgano pierde flexibilidad y resistencia para recibir los embriones", señala Manuel Fernández, director del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) Sevilla.
Antes de la implantación, la mujer ha de someterse a un tratamiento hormonal para "engañar al útero", porque el cuerpo ha dejado de producir los estrógenos y la progesterona asociadas al ciclo fértil natural de la mujer.
En nuestro país, recientemente se ha anunciado el embarazo de Eva Cárdenas, la novia de Alberto Nuñez Feijóo, a los 51 años. Otras famosas que, sin pasarse del autolímite, han sido madres mayores mediáticas son Ana Rosa Quintana, Ane Igartiburu o Irma Soriano.
"Cada vez que hay un caso de estos se produce un efecto llamada y lo esperamos para las próximas semanas", comenta Fernández. De hecho, el experto reconoce que es frecuente que tengan solicitudes de mujeres mayores de 50 años. "Les explicamos cuál es nuestra posición; algunas lo entienden y dicen que van a buscar otra clínica que se lo haga; otras, amenazan con denunciarnos", apunta. "Va a haber una avalancha" vaticina.