No es nuevo pero sí es una tendencia que se empieza a ver como algo normal desde hace algún tiempo. Cuentas de Instagram vendiendo tés detox, zumos detox, dietas detox y todo detox. Empresas que venden planes (también detox) a través de internet que aseguran que con ellos desintoxicarás tu cuerpo como si fueras un toxicómano. Publicidad, al fin y al cabo, que llega a tus ojos y que te hace pensar en la viabilidad de este tipo de dietas o tratamientos.
Esas imágenes aumentan con el fin de la Navidad, la llegada del verano y la aproximación de la operación bikini de turno. Acudí unos días después de Reyes a celebrar un cumpleaños a una conocida cadena de hostelería que venden zumos, batidos y alimentos supuestamente saludables. Sobre la mesa tenían publicidad de una marca de licuados y pensé en probarlos. Un día me ha bastado para saber que no son la mejor opción para perder peso y os voy a contar por qué.
Acudí a Google para buscar “zumos detox”. El primer resultado que aparece en el buscador es Dietox, una marca asentada en Barcelona que ofrece un plan para “resetear el cuerpo, devolviendo el equilibrio y el bienestar a nuestro organismo, ayudando a que elimine aquello que no necesita y proporcionándole, a la vez una gran cantidad de nutrientes”. Esto lo dicen en un folleto que acompañan con los seis zumos para el plan de un día.
El día empezó con un zumo verde de 35 kcal, un poco raro de sabor pero no estaba malo del todo. De 10 a 12 me tomé otro de color rosado por la remolacha que acumulaba 47 kcal. Ahí ya fue cuando empecé a tener hambre. Hasta ese momento la mañana había transcurrido con total normalidad salvo por la falta de café que me mantiene despierta.
De 13 a 15 bebí una mezcla naranja por la calabaza y la zanahoria de otras 47 kcal/100 ml. De 16 a 18 horas volví al color rojo otra vez con remolacha que me aportó 50 kcal/100 ml. Terminé la tarde con otro zumo de 19 a 21, verde, con manzana, kiwi, apio y jengibre de 52 kcal/100 ml. Por la noche, justo antes de irme a la cama con el estómago rugiendo como nunca, me tocó un zumo con plátano que alcanzó las 64 kcal/100 ml. Los zumos eran de 400 ml. En total: 1180 kcal.
La ingesta de calorías diaria recomendada para una mujer como yo es de 1.800 a 2.000. ¿Quién lo puede soportar?
Antes de iniciar el experimento hablé con la nutricionista de Dietox, Nekane Ullán. Le pregunté sobre la viabilidad de este tipo de dietas y lo que mi cuerpo iba a notar. “Lo que haces es darle un respiro al cuerpo. Notas más energía porque lo pones todo en su sitio”.
- Ya, pero con tan pocas calorías una persona no puede aguantar.
- Tienes que mentalizarte de que se acaba pronto. Además, notarás que dormirás mejor.
- ¿Ah sí? ¿Por qué?
- El motivo del mejor descanso es que al tener el cuerpo más descansado a nivel digestivo, ayuda, como cuando cenas ligero. El descanso es más eficaz.
A pesar de que en su folleto aseguran que uno de los beneficios de estos zumos es “perder peso de manera saludable antes o después de un evento”, Nekane me cuenta al otro lado del teléfono que “la pérdida de peso no es la función principal. Puedes perder entre uno y dos kilos con el plan de tres días, o 2-3 kilos en cinco días. Pero depende del cuerpo porque lo que pierdes es líquido”.
- ¿Cuánto es el máximo que puede una persona estar con estos zumos?
- Máximo cinco días, más no es adecuado porque no es una dieta equilibrada.
Lo que esta nutricionista recomienda es una dieta más los zumos para evitar el efecto rebote. “La terapia de zumos es el punto de partida”. Nekane también me recomendó que hiciera “ejercicio de intensidad baja porque puedes notarte débil”. Obviamente, ni se me pasó por la cabeza.
Hablé también con el nutricionista Juan Revenga, uno de los más críticos con estos planes. Me explicó varias cosas sobre este tipo de dietas. “El principal error es jugar al proceso del pecado/penitencia. El “me he pasado en navidades” retroalimenta ese ciclo que nos invita a seguir pecando. El grave problema también es el propio concepto detox porque es falaz, erróneo y engañoso. Los nutricionistas que recomiendan este tipo de dietas son una minoría. Saben que eso no funciona y aún así lo recomiendan”. Podéis leer más sobre este nutricionista en este artículo de El Comidista.
Quise contar con la opinión de otro experto sobre estas dietas y hablé con Raquel Lucena, responsable de nutrición de Actividad 360. “Lo primero que me gustaría destacar es que además de no haber ninguna evidencia científica que avale este tipo de dietas, es que el organismo ya es capaz por sí mismo de limpiarse o “desintoxicarse”. Le pregunté sobre la posibilidad de alargarlo más de un día. “Cuanto más se alarguen en el tiempo más riesgo se corre de poder tener algún problema grave o desencadenar una patología”, contestó.
- ¿Perderé peso?
- La mayor pérdida de peso que provocan estas dietas es en forma de líquidos, por lo que en unos pocos días se van a recuperar debido a que son fundamentales para el metabolismo. También hay una pérdida muy importante de las reservas de energía del músculo (glucógeno), que también van a rellenarse en cuanto volvamos a la normalidad. Siempre me gusta destacar que es completamente imposible perder 3 kilos de grasa como prometen muchas de estas dietas. Es simple, pese a que no me guste contar calorías (ya que el organismo no “quema” sino que metaboliza), es imposible perder 27.000 calorías que tendrían esos tres kilos si fuesen de grasa en tan solo 3 días (además de ser metabólicamente imposible).
- ¿Qué efectos tiene en el cuerpo este tipo de dieta?
- No quiero entrar en complicadas rutas metabólicas, pero en general, el consumo de azúcares de los zumos va a acabar produciendo picos de insulina y posteriores hipoglucemias pudiendo tener sensación de cansancio, hambre, falta de fuerzas o hasta desmayos, con los problemas que todo esto pueda ocasionar en el día a día de cada uno.
Y sí, todo eso fue lo que sentí conforme se acababa el día: hambre, dolor de cabeza, cansancio y el estómago rugiendo hasta que bebí el último zumo. No es algo que recomiende, no por no estar rico o porque los productos estén malos. Apenas tuve energía y pasé un día cansado únicamente para perder un kilo de líquidos que recuperé al día siguiente cuando mi vida fue normal otra vez. Siempre, ante la duda, lo recomendable es acudir a una persona experta que evaluará nuestros problemas y sabrá cómo guiarnos para afrontarlos.
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