Carrefour acaba de anunciar que dejará de vender panga (Pangasius hypophthalmus) en España. Este pescado blanco, más económico que el lenguado o la merluza, es bastante popular en nuestro país, que en 2015 encabezó las importaciones a la Unión Europea de esta especie.
Aproximadamente el 90% de la panga que se consume en Europa procede de Vietnam, donde los dudosos mecanismos de producción han llevado a Carrefour a restringir su venta en Bélgica, Francia y ahora España.
El debate sobre la seguridad de este pescado no es nuevo, de hecho, ya en 2013, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria emitió un comunicado advirtiendo de que se podía comer panga sin riesgos para la seguridad alimentaria.
Sin embargo, desde entonces las evidencias científicas en contra del consumo de este pescado, y en particular del procedente de Vietnam, se han acumulado.
¿Cuál ha sido la verdadera causa de esta prohibición? En su comunicado, Carrefour Bélgica alude a "razones ecológicas" como "la contaminación del agua causada por la cantidad de estiércol y los residuos de alimentos". En lenguaje no corporativo, lo que Carrefour intenta decirles es que estos pescados tienen demasiadas bacterias.
De hecho, en noviembre de 2015 ya hubo una alerta en Bélgica por la contaminación de esta especie de pescado.
En 2015, Investigadores de la Universidade Federal Fluminense de Brasil analizaron filetes congelados de panga y encontraron que el 50% de las muestras contenían mercurio por encima del límite recomendado. Los análisis químicos señalaban además que concentración de amonio indicaba que el 80% de los filetes ya habían empezado a degradarse en el momento de ser congelados. Además, en el 30% se registró un fraude por excesivo añadido de polifosfatos al pescado.
¿Para qué se añaden los polifosfatos a la panga congelada? Según este trabajo del CSIC, "el tratamiento del pescado con disoluciones de diferentes polifosfatos puede mejorar su calidad al retener la humedad y evitar considerables pérdidas de sustancias proteicas". Es decir, antes de ser congelado, se baña el pescado en una solución que crea una película de gel a su alrededor para evitar que se seque demasiado.
Además, investigadores de la Universidad de Gante destaparon el proceso por el cual se descontaminan estas pangas en Vietnam. Según relataban en el International Journal of Food Microbiology, básicamente bañaban a los peces en cloro y ácido peracético para matar a las bacterias. Sin embargo, estos científicos hallaron que el cloro de los barreños no era sustituido hasta las 4 horas, por lo que el cloro se iba consumiendo y la cantidad de materia orgánica aumentaba. El efecto desinfectante del agua para eliminar bacterias como la Escherichia coli se difuminaba rápido.
En cuanto al resto de Europa, científicos polacos analizaron en marzo de 2016 los filetes de panga que se consumían en Polonia, Alemania y Ucrania. ¿El resultado? "Reportamos que los filetes congelados de panga estaban ampliamente contaminados con Vibrio spp. por lo que podrían resultar peligrosos para el consumidor final si el pescado es consumido crudo o poco cocinado". La bacteria Vibrio spp. es patógena y provoca diarrea y otras enfermedades gastrointestinales.
En España, la OCU ha facilitado un análisis reciente, con filetes frescos y congelados de panga, en el que han hallado tanto mercurio como trifluoralina, un pesticida prohibido en la Unión Europea, pero a niveles peligrosos para la salud.