Se considera algo molesto pero benigno, pero sufrir dolor espinal -de espalda y cuello- no es baladí. Según un estudio publicado recientemente en la revista European Journal of Pain, las personas mayores de 70 años que padecen este común síntoma -para el que además no existe tratamiento eficaz demostrado- tienen un 13% más de probabilidades de morir cada año que los que no lo experimentan.
No se trata de una relación causal, pero es un hecho difícilmente refutable, ya que el trabajo no sólo se llevó a cabo con un número importante de participantes, 4.390, sino que estos se escogieron muy bien: se trataba de 2.180 parejas de gemelos mayores de 70 años. Se trataba de intentar descartar que, si se observaba una mayor o menor mortalidad entre los sufridores de dolor de espalda, ésta fuera atribuible a causas genéticas, como así se hizo.
Los investigadores australianos y daneses quieren dejar claro que no se puede afirmar que el dolor de espalda y cuello cause el aumento de mortalidad. "No es probable que haya este tipo de relación", escriben, aunque reconocen que no se saben los motivos detrás de este nexo.
Pero, entonces, ¿qué relevancia práctica tiene esta conclusión? Para los autores, el estudio demuestra que el dolor de espalda y cuello puede ser "un patrón de mala salud", es decir, una especie de alerta de que algo no va bien, aunque harán falta más trabajos para saber qué.
Así, la próxima vez que alguien -sobre todo si es mayor de 70- le diga que le duele la espalda, quizás sea hora de dejar de decir: "Son cosas de la edad" y empezar a recomendar una visita al médico.