Los inhaladores son los dispositivos que más solemos asociar con enfermedades pulmonares como el asma o con la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), ya que son imprescindibles para personas que sufren alguna de ambas dolencias. Asimismo, cuando se sufre una bronquitis común, también pueden llegar a ser necesarios.
Sin embargo, y debido a la complejidad de su uso, según una reciente investigación publicada en el Journal of Aerosol Medicine and Pulmonary Drug Delivery, la mitad de la dosis de los inhaladores se perdería por el camino sin llegar a realizar efecto alguno.
De hecho, los investigadores aseguran que entre un 70% y un 90% de los pacientes que usan este tipo de dispositivos cometen al menos uno o varios errores en su uso, algo que causaría un mal control de este tipo de enfermedades a largo plazo.
Un problemático pero eficaz sistema
Como bien asegura Ashutosh Sabharwal, profesor de ingeniería eléctrica e informática en la Universidad de Rice y coautor de dos estudios recientes sobre inhaladores, estos dispositivos son el mecanismo más eficiente de entrega de los fármacos en pacientes que sufren enfermedades pulmonares. Sin embargo, su uso requiere cierta habilidad por parte de los pacientes, y aunque los errores que se cometen son conocidos, siguen sin resolverse.
Por su parte, el neumólogo Nick Hanania, profesor de medicina de las vías respiratorias y director del Centro de Investigación Clínica de la Facultad de Medicina Baylor, llega a asegurar que, en el mejor de los casos, una inhalación por parte de un paciente tan solo le aporta el 40% de la dosis de la medicación como término medio. Si nos ponemos en el peor de los casos, si se hace todo mal en la técnica de inhalación, tan solo un 7% de la dosis de la medicación del inhalador hace efecto.
En el actual estudio ambos investigadores han sido capaces de medir objetivamente los errores gracias a las nuevas tecnologías, además de poder medir el impacto de cada uno de dichos errores en la administración de los fármacos inhalados hacia los pulmones.
Los errores en el uso de inhaladores
Junto a estos investigadores también ha participado en la investigación la estudiante de doctorado Rajoshi Biswas, la cual ha pasado seis años recolectando datos sobre cómo los pacientes usan los inhaladores, analizando asimismo los patrones de inhalación con técnicas matemáticas. También ha examinado cómo los médicos evalúan el buen (o mal) uso de dichos inhaladores.
Hasta este momento todos los estudios sobre inhaladores y sus dosis tan solo se habían centrado en estudiar los mejores casos, es decir, aquellos pocos casos donde los inhaladores se usan correctamente. Cuando, de hecho, esos casos son los "raros" y lo más común es usar mal el dispositivo, como ya sugerían los resultados de otro estudio publicado en la revista Chest con 23 participantes de Houston que sufrían asma o EPOC, donde todos ellos realizaba como mínimo un error a la hora de usar su inhalador.
Según los investigadores, los inhaladores deben agitarse al menos unos segundos antes de su uso, algo que a menudo suele olvidarse o bien no se agita con el tiempo suficiente. Por otro lado, el ángulo en el cual se sostiene el inhalador es importante y no se suele respetar, cuando realmente una pequeña desviación ya reduce la dosis de fármaco inhalado.
Los inhaladores deben agitarse al menos unos segundos antes de su uso, algo que a menudo suele olvidarse
Otro hecho a tener en cuenta es que, previamente a activar el inhalador, debe tomarse una bocanada de aliento, activarlo, y posteriormente respirar lo inhalado con fuerza, todo un proceso que requiere gran precisión y coordinación y no suele realizarse correctamente. Para finalizar, tras la inhalación, se debe contener la respiración durante 10 segundos para que el fármaco inhalado llegue a los pulmones, algo que tampoco se respeta en muchas ocasiones.
Por poner un ejemplo de cómo afectarían estos errores en conjunto, tan solo con retrasar un segundo y medio la pulsación del inhalador y respirar antes de tiempo se pierde el 20% de la superficie pulmonar eficaz, lo que se traduce en que la dosis que se obtiene de la inhalación se reduce a prácticamente la mitad de la ideal.
Por todo ello, Sabharwal, Hanania, y Biswas esperan que la comunidad científica examine su estudio y considere realizar nuevas investigaciones similares para evaluar y actualizar las pautas de uso de inhaladores actuales, centrándose sobre todo en nuevas estrategias educativas en el uso de estos dispositivos con el objetivo de mejorar la dosificación de los mismos.