A menudo se habla de las mujeres que no consiguen el orgasmo, a las que se califica de frígidas en un alarde de sensibilidad, pero poco se menciona el mismo trastorno en los hombres. Sin embargo, la anorgasmia o imposibilidad de lograr el orgasmo no es algo ajeno a los varones y, según distintos estudios, puede afectar a hasta el 12% de la población masculina.
Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo con 3.672 hombres de tres países -Portugal, Croacia y Noruega- y publicado en el Journal of Sex and Marithal Therapy bucea algo más en una patología para la que no existe una definición clara, tal y como subrayan los autores del trabajo, del Instituto Universitario ISPA de Lisboa.
De hecho, en la última edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V) el trastorno que se define es la llamada eyaculación retardada, que se define como un retraso destacado en la eyaculación o una marcada infrecuencia o ausencia de la misma en entre el 75% y el 100% de las actividades sexuales con una pareja durante al menos seis meses, que genere un impacto psicológico negativo.
"Los numerosos términos utilizados para referirse a esta disfunción en la literatura -eyaculación inhibida, eyaculación retardada, incompetencia eyaculatoria, desorden orgásmico masculino, articulación impedida, orgasmo impedido, orgasmo retrasado, orgasmo inhibido e inhibición eyaculatoria- revelan los obstáculos en torno a alcanzar un acuerdo sobre su definición", escriben los autores.
Antes de exponer sus propios resultados, los investigadores portugueses repasan la literatura científica al respecto, que incluye una gran variabilidad con respecto a la incidencia del trastorno. Según diversos estudios, la eyaculación retardada no suele afectar a más del 3% de los hombres, pero al cambiar el término los porcentajes aumentan. Por ejemplo, la encuesta de actitudes sexuales y estilos de vida (NATSAL, de sus siglas en inglés) de Reino Unido encontró que un 5,3% de los hombres habían experimentado incapacidad para alcanzar el orgasmo al menos durante un mes en el año previo a la entrevista.
Otro trabajo similar en EEUU cifró en entre un 7% y un 9% los varones anorgásmicos y otro europeo lo elevó aún más: un 9,1% en el norte de Europa y un 12,2% en el sur -incluido España. Los autores citan aún más trabajos, para pasar después a diseñar el suyo propio que ofrece resultados más cercanos a estas últimas cifras que a las primeras.
Prevalencia y factores asociados
En su estudio, los investigadores entrevistaron a 3.672 hombres heterosexuales de los países mencionados que habían mantenido relaciones sexuales en los últimos 12 meses. Su edad media era de 36,6 años y contestaron a la encuesta -que no era remunerada- respondiendo a anuncios en distintas webs.
Un 9,6% de los entrevistados se declararon incapaces de conseguir el orgasmo durante al menos dos meses del año anterior a la encuesta. De estos, el 89,8% declaró que esta dificultad sexual les causaba estrés entre "moderado y extremo" o, en otras palabras, que no lo llevaban nada bien.
A partir de ahí, los investigadores analizaron qué factores se asociaban a la anorgasmia, siendo el más común la dificultad para conseguir o mantener una erección y la falta de interés sexual. Pero no eran los únicos.
Los hombres que tomaban antidepresivos eran 2,5 veces más proclives a no alcanzar el orgasmo que los que no consumían estos medicamentos y los que mostraban dificultades a la hora de "dejarse ir" experimentaban la anorgasmia 2,7 veces más que los que se rendían sin problema al placer durante el sexo.
Otro factor influía significativamente en el trastorno, que era casi dos veces más frecuente en personas con relaciones a corto plazo que en las que llevaban más tiempo con sus parejas.
¿Qué supone y qué lo causa?
Los investigadores reconocen que la anorgasmia masculina no es un trastorno muy frecuente pero, aún así, apuntan a que es es importante conocerlo, dado el gran impacto negativo que causa en quienes lo padecen y sus parejas. "Lleva a frustración, estrés en la relación de pareja, insatisfacción sexual, ansiedad relativa al funcionamiento sexual, a que las parejas femeninas se sientan inadecuadas o no atractivas y a que se practique el coito cada vez menos", resumen los autores.
Pero, ¿qué se sabe con respecto a las causas? Aunque tanto en este trabajo como en otros anteriores se analizan los factores de riesgo o comorbilidades, poco se conoce sobre el origen de esta patología. Algunos trabajos apuntan a que el sistema endocrino esté involucrado y otros a la influencia del ambiente, que no genética.
En cuanto a las explicaciones psicológicas, se barajan distintas causas, desde una falta de conciencia del propio cuerpo hasta la inhibición psicológica como resultado de la culpa o de querer mantener el control, pasando por una inadecuada excitación sexual, estar demasiado centrado en dar placer a la pareja, la masturbación compulsiva o una disparidad en las fantasías con la compañera de relaciones sexuales. Sin embargo, no existen estudios definitivos que apoyen la generalización de cualquier de estas explicaciones, por lo que queda claro que el estudio publicado ahora no será el último sobre anorgasmia masculina. La ciencia tiene aún mucho que decir.