La faringitis es la infección de garganta más típica, la cual suele producir dolor de garganta, picor, escozor y en ocasiones dificultad para tragar sólidos e incluso líquidos debido a la inflamación. Su causante suele ser un virus, pero en ocasiones se producen infecciones por un tipo de bacteria llamada estreptococo, concretamente el Streptococcus pyogenes.
Teóricamente este tipo de infección no suele ir más allá de esta zona, la garganta, aunque existen complicaciones. Dichas complicaciones pueden ser leves o muy graves, como le sucedió a Kevin Breen, un hombre de 44 años residente en Michigan, EEUU, cuya infección por estreptococo se complicó en grado sumo.
Amputación de manos y pies
El caso de Breen fue una rareza entre las rarezas: su faringitis estreptocócica requirió amputaciones de parte de sus manos y de sus pies. La duda razonable es, ¿cómo es posible que una "simple" faringitis llegue a tal extremo?
Según informó la CNN, el señor Breen acudió a urgencias a finales del pasado mes de diciembre con síntomas similares a la gripe y dolor de estómago. Posteriormente, su estómago empezó a hincharse, lo cual requirió que Breen requiriese una cirugía en la cual se detectaron grandes cantidades de pus rodeando sus órganos sin razón aparente.
Tras finalizar la intervención quirúrgica, a Kevin Breen le apareció una erupción en el pecho, un exantema, un signo muy característico de las infecciones por estreptococo. De hecho, tras realizar las pruebas pertinentes, se demostró que Breen padecía una faringitis estreptocócica.
Pero las cosas no finalizaron ahí, pues la infección por estreptococo llegó a desarrollar un shock séptico, una complicación muy grave y potencialmente mortal que puede desarrollarse tras una infección. La causa es la liberación masiva de sustancias tóxicas por parte de las bacterias que causan la infección, junto a la reacción inflamatoria que produce el propio organismo para contrarrestar dicha infección. En conjunto, infección e inflamación llevan al estado de shock, donde la tensión arterial cae y el cuerpo empieza a desviar sangre a los órganos vitales -dejando a su vez a otros tejidos, como las extremidades, con menor flujo sanguíneo y produciendo la muerte de algunos de estos tejidos-.
Una complicación muy rara
Cabe destacar que el shock séptico tras una faringitis es una complicación extremadamente rara. Lo más común es que la faringitis estreptocócica afecte a la garganta y las amígdalas, llegando a producir fiebre y manchas rojas en la boca, como bien afirman los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades -CDC- de Estados Unidos.
Como sucede en otras infecciones, las bacterias pueden propagarse, y de nuevo lo más común es que lleguen a senos nasales, piel y orejas.
Pero el caso de Breen fue mucho más raro, llegando a afectar al estómago. Actualmente sólo existen 32 casos registrados donde un estreptococo acaba infectando el estómago, y tan sólo 2 de esos casos han sido en hombres, según el New York Daily News.
Finalmente, en el caso de Kevin Breen el origen de su infección estaba más o menos claro: su hijo también sufrió una faringitis por estreptococo, y él mismo acudió a su médico para saber si también podía estar sufriendo la misma infección. En un primer momento, la prueba que se le hizo fue negativa, pero esto puede suceder entre un 10% y un 20% de las ocasiones.