España ha acabado sumándose a la epidemia de sarampión que recorre Europa de este a oeste. El sarampión, recuerden, es una enfermedad que se contagia con facilidad y en niños puede llegar a ser fatal, pero no debería serlo para aquellos que recibieron en la infancia la vacuna triple vírica o SRP, acrónimo de sarampión, rubeola y paperas.
El brote de Cataluña se inició el pasado mes de enero debido a un caso importado de China, tras el que vinieron otros cuarenta casos. Según ha detallado la Agencia de Salud Pública, "los afectados son personas no vacunadas o vacunadas de forma incompleta, residentes en Barcelona y su área metropolitana".
Sin embargo, hay una diferencia entre el brote de sarampión que recorre Europa y su vertiente barcelonesa. Según datos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades, mientras en la primera epidemia -originada en Rumanía a principios de 2016- la mayor parte (42%) de los miles de europeos afectados en una decena de países son niños menores de cuatro años. Sin embargo, en el caso de Cataluña, más del 44% de los que contrajeron el sarampión tenían más de 30 años.
Los epidemiólogos llaman inmunidad de grupo (o de rebaño) al porcentaje mínimo de personas vacunadas que debe haber para que, al introducir un caso en la población -como ocurrió en Cataluña- la enfermedad no se propague. Dado lo contagioso del sarampión, la inmunidad de rebaño está situada en torno al 95%.
El imprescindible repositorio de datos del Banco Mundial recoge cifras de inmunización de casi todos los países del mundo. Ahí puede verse que las dos naciones de la UE-28 con menor tasa de vacunación contra el sarampión, Rumanía e Italia, son al mismo tiempo los dos lugares con un mayor número de casos: el país transalpino ha superado el millar de casos y Rumanía acumula, desde el comienzo del brote, unos 3.400 afectados de los que 17 han fallecido.
Además, aunque no forman parte de los 28, Bosnia Herzegovina y Serbia, fronteriza con Rumanía, registran tasas de vacunación del sarampión inferiores al 90%, lo que habilita para cualquier epidemia un auténtico pasillo hasta el corazón de Europa: de Rumanía a Francia pasando por Croacia, Eslovenia e Italia todas registran tasas inferiores al 95% de vacunados.
Además, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, los tres genotipos del sarampión detectados el año pasado en Rumanía eran inéditos en el país.
El aumento de casos registrado en las últimas semanas echa por tierra el sueño de erradicar el sarampión. "Dado el sólido progreso hacia la eliminación de los dos últimos años, es particularmente preocupante que los casos de sarampión estén aumentando en Europa", ha declarado Zsuzsanna Jakab, directora regional de la OMS en Europa. "Las epidemias seguirán en Europa, como en cualquier otro sitio, hasta que cada país alcance el nivel de inmunización necesario para proteger a sus poblaciones".