Tras haber pasado por una adicción al alcohol u otras drogas y decidir cesar su consumo, la probabilidad de recaída durante los primeros años es peligrosamente elevada. De hecho, así lo demostró recientemente Ben Affleck con su segunda recaída en el alcohol. Y es que su caso no es aislado, sino bastante común.
Por otro lado, si se decide seguir fumando o empezar a fumar como vía de escape a la adicción a las drogas, la probabilidad de recaída es más elevada. Al menos, así lo afirma un reciente estudio publicado en el Journal of Clinical Psychiatry.
Fumar y recaer en las drogas
Si bien en estudios anteriores ya se había demostrado que tres de cada cuatro adictos a las drogas también fuman, el actual estudio ha ahondado más en qué consecuencias podría tener esta relación.
En el estudio, Sandro Galea y sus colegas de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston examinaron la asociación entre el consumo de tabaco y las tasas de recaída de 34.653 adultos que participaron en la Encuesta Epidemiológica Nacional sobre Alcohol y Condiciones Relacionadas (NESARC). Se evaluó a estos participantes en dos ocasiones con tres años de diferencia entre ellas, preguntándoles acerca de su consumo de drogas, posibles trastornos por el consumo de sustancias y posibles trastornos físicos y mentales relacionados.
Según los resultados del estudio, tanto los que fumaban habitualmente como los que lo hacían de forma más esporádica tenían hasta el doble de probabilidades de recaer en el consumo de drogas al final del período de tres años en comparación a aquellos que no fumaban.
Asimismo, esta probabilidad de recaída se mantenía incluso teniendo en cuenta otros factores como el estado de ánimo, los trastornos relacionados con el consumo de alcohol y la dependencia a la nicotina.
Por qué fumar aumenta las recaídas
Las razones por las que fumar puede aumentar la probabilidad de recaída son diversas. Según comentan los autores, los cigarrillos pueden ser un "primer paso" para el uso de otras drogas, y que la misma nicotina puede aumentar la necesidad de estimulantes y opiáceos.
Anteriormente se había hablado de cierta preocupación por el hecho de que intentar dejar de fumar pudiese hacer más difícil evitar las recaídas en las drogas. Sin embargo, la abstinencia del tabaco no ha demostrado aumentar estas recaídas, e incluso podría mejorar la abstinencia a otras drogas, según los autores del estudio.
Los autores afirman que, a pesar de que será necesario seguir investigando al respecto, tener en cuenta esta asociación entre tabaco y otras drogas podría mejorar los futuros tratamientos para lograr la abstinencia.