Ser responsable y otras cuatro cualidades sociales que mejorarán tu salud
Determinados factores u habilidades sociales pueden afectar a la salud independientemente del nivel socioeconómico o educativo.
18 abril, 2017 02:38Noticias relacionadas
Alrededor de los 50 años, tanto hombres como mujeres se vuelven más conscientes y optimistas de forma general. O al menos, así lo asegura la ciencia.
Según una reciente investigación publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences llevada a cabo por un grupo de investigadores británicos, no son el nivel socioeconómico, la educación o la inteligencia los factores que más influyen en la salud, sino cinco rasgos de personalidad o "habilidades para la vida" determinados.
Habilidades para la vida
Según los investigadores, estos rasgos que hacen a las personas (tanto hombres como mujeres) más saludables son la responsabilidad, el control, la determinación o persistencia, la estabilidad emocional y el optimismo. Todas estas habilidades, en conjunto, determinarían mayores niveles de salud indistintamente del género, la riqueza o el nivel educativo.
Los hallazgos sugerirían que estas habilidades para la vida aumentarían las perspectivas de éxito y bienestar de aquellos individuos que las expresan en mayor grado, y que tendrían un gran impacto no solo en la salud, sino también en la prosperidad económica o la mejora de las relaciones sociales incluso en edades avanzadas, según el autor principal del estudio Andrew Steptoe, profesor de psicología y epidemiología de la University College de Londres.
En anteriores investigaciones ya se había demostrado que estas mismo cinco habilidades para la vida son importantes para el éxito en la vida temprana, ya que colaboran en un mejor rendimiento escolar y laboral, pero hasta ahora no se sabía qué impacto podrían tener un papel en edades avanzadas.
Cómo se mide el éxito en la vida
Para poder medir estas habilidades para la vida, los investigadores analizaron los datos de 8.100 personas que participaron en el Estudio Longitudinal Inglés sobre Envejecimiento (ELSA), una investigación a largo plazo que evalúa a personas de mediana edad y adultos mayores en Inglaterra desde el año 2002. La edad media de los participantes en el estudio era de 67 años.
En el año 2010, los participantes de este estudio recibieron un cuestionario sobre estas cinco habilidades para la vida. Por ejemplo, para medir el optimismo, se pidió a los participantes evaluar frases desde "nada" a mucho" en función de cuánto estaban de acuerdo con ellas: eran frases como "la vida está llena de oportunidades". Para medir el control sobre sus vidas, los investigadores pidieron a los participantes evaluar qué nivel de control sentían sobre las cosas que les ocurrían en casa. Por otro lado, para medir la estabilidad emocional y la determinación se llevó a cabo un test de personalidad desarrollado para personas de mediana y avanzada edad.
Asimismo, a parte de medir todas estas habilidades, los investigadores recolectaron datos acerca del bienestar físico y psicológico de los participantes, su nivel socioeconómico, sus capacidades cognitivas y su bienestar social.
Según los resultados del estudio, aquellos participantes que puntuaban más alto en general en las cinco habilidades para la vida estudiadas también tenían mejores resultados en diversos aspectos de salud: sufrían menores niveles de depresión y afirmaban calificar su salud como buena o muy buena, en comparación a aquellos que puntuaban más bajo; además, también tenían un mayor éxito económico, un menor número de enfermedades crónicas, menores niveles de obesidad y menores niveles de soledad.
Una relación inespecífica
Los investigadores responsables del estudio han podido detectar estas relaciones entre habilidades para la vida y menores niveles de salud, pero no han desentrañado las razones por las cuales se produce dicha relación.
Lo que si creen los investigadores es que dichas habilidades para la vida pueden colaborar en ese bienestar de salud, psicológico y social, haciendo que los individuos de edades avanzadas sean menos propensos a desanimarse frente a los desafíos del día a día.
Finalmente, destacaba el hecho de que en todos los individuos estudiados no existía una única habilidad para la vida que destacase sobre las demás, sino que era un conjunto de todas ellas las que producían la influencia sobre el bienestar futuro. Probablemente, dichas habilidades se nutren las unas a las otras de forma combinada, según Steptoe y sus colegas.