Las drogas alucinógenas y su uso medicinal siempre ha estado rodeado de polémica, en gran parte por el uso recreativo que se les suele dar a este tipo de sustancias y por el escaso conocimiento actual que tenemos sobre sus dosis adecuadas.
Recientemente, un estudio llevado a cabo por la Universidad de Sussex -Reino Unido- y publicado en la revista Nature ha afirmado que estas drogas alucinógenas o psicodélicas son capaces de alterar el cerebro hasta tal punto de crear un "estado diferente de conciencia". En este caso se analizaron drogas como el LSD, la ketamina, y la psilocibina.
Según los investigadores esta modificación del cerebro no es perjudicial, sino que incluso podría ser beneficiosa e incluso medicinal. Pero estas no son las únicas sustancias psicodélicas que han demostrado su potencial en medicina, pues hay algunas más.
El LSD y la depresión
El LSD es una de las drogas alucinógenas más estudiadas. Por un lado, un estudio llevado a cabo por el Imperial College de Londres el pasado año 2012 sugirió el uso del LSD como complemento a la psicoterapia en la depresión; ya que, en aquel estudio, aquellos individuos que consumían LSD mostraban mayor actividad cerebral en las zonas responsables de las memorias positivas, a la vez que disminuía la actividad cerebral de las zonas responsables de las memorias negativas.
Asimismo, otro estudio publicado en el Journal of Nervous & Mental Disease el pasado año 2014 sugirió el uso del LSD en pacientes terminales, también como complemento a la psicoterapia, con el objetivo de reducir su ansiedad.
Finalmente, a pesar de que no hay estudios fiables sobre el uso del LSD en microdosis, algunos individuos afirman que puede mejorar la productividad.
La psilocibina, la depresión y las adicciones
La psilocibina, la sustancia psicodélica que contienen las setas alucinógenas, también ha demostrado su potencial médico.
Por un lado, un estudio llevado acabo por el Colegio Americano de Neuropsicofarmacología afirmó que la psilocibina tendría efectos positivos sobre la ansiedad -en pacientes con cáncer terminal, similar al caso del LSD- y sobre las adicciones -como el alcoholismo-.
Por otro lado, otro estudio llevado a cabo por la Universidad del Sur de Florida publicado en Experimental Brain Research afirmó que la psilocibina tiene potencial para reparar las células cerebrales, algo que podría contribuir a solucionar problemas como el trastorno de estrés postraumático o la depresión.
Finalmente, un estudio más reciente publicado en The Lancet Psychiatry llegó a la conclusión de que pequeñas cantidades de psilocibina son suficientes para tratar la depresión.
El éxtasis, la ansiedad y el estrés
Junto al LSD, el éxtasis o MDMA es otra de las drogas alucinógenas más estudiadas en cuanto a su potencial médico se refiere. De hecho, son diversos los estudios que han demostrado el potencial de esta sustancia, sobre todo a nivel psicológico y psiquiátrico. Además, recientemente ha salido a la luz la noticia de que en el próximo año 2021 la venta legal de éxtasis será una realidad.
Por ejemplo, un estudio del año 2010 llevado a cabo por la Universidad de Chicago llegó a la conclusión de que el éxtasis aumenta la amabilidad, la alegría y los sentimientos de amor incluso en situación de laboratorio con poco contacto social; es decir, aumenta la empatía y la sociabilidad. Posteriormente, otro estudio del año 2015 publicado en el Journal of Psychopharmacology apoyó estos resultados, y añadió que el éxtasis mejora la apertura social y la facilidad para hablar sobre el futuro y la muerte.
Otro estudio más reciente, llevado a cabo por la University College de Londres en 2014, llegó a la conclusión de que el uso de éxtasis puede aumentar la confianza en los demás; concretamente hace ver a aquel que lo consume que los demás son más dignos de confianza.
Finalmente, un estudio publicado en el Journal of Psychopharmacology en el año 2015 afirmó que el éxtasis colabora en la autocompasión, reduciendo la autocrítica.
La ayahuasca y las drogadicciones
La Ayahuasca es una droga usada por parte de las tribus de la selva amazónica, obtenida a partir de la mezcla de diversas plantas como la Banisteriopsis caapi vine.
Respecto a esta sustancia, existe un estudio publicado en Current Drug Abuse Reviews en el año 2013 que afirma que podría usarse como tratamiento de las adicciones y la dependencia. En dicha investigación todos los participantes obtuvieron resultados positivos y duraderos, reduciendo de forma significativa el consumo de drogas como la cocaína el alcohol o el tabaco.
Asimismo, otro estudio publicado recientemente en bioarxiv también ha relacionado el uso de la ayahuasca con la mejora de la depresión.
El DMT, la molécula de Dios
El DMT, también conocido como "molécula de Dios", es conocido por ser la droga más potente del mundo, producida también de forma natural en el organismo humano.
Esta sustancia provoca alucinaciones cuando se toma de forma externa -su elaboración es similar a la ayahuasca, a partir de plantas-, pero se sabe que también se produce de forma natural en el cuerpo humano en determinadas situaciones, tales como el nacimiento, el orgasmo o en los momentos cercanos a la muerte. Esta última situación podría explicar las alucinaciones o "visiones" que algunos individuos afirman haber tenido cuando creían que iban a morir.
Por el momento los estudios sobre el DMT son escasos, pero una elevada producción de esta sustancia se ha relacionado con trastornos tales como el autismo o la esquizofrenia, aunque es necesario seguir investigando al respecto.
La ketamina y los trastornos mentales
La ketamina, cuyo uso oficial tan solo es como anestésico según lo aprobado por la FDA de Estados Unidos, también suele usarse para tratar tanto el dolor agudo como el dolor crónico por su elevado poder sedante.
Sin embargo, un estudio publicado en la revista Science el pasado año 2012 demostró el potencial de la ketamina como potencial tratamiento contra la depresión. Sin embargo, se desconocen los efectos a largo plazo de la toma de este fármaco con dicho objetivo, pues durante el estudio se detectó que la ketamina tenía efectos inmediatos y a corto plazo.
Finalmente, en un estudio llevado a cabo por la Universidad de York el pasado año 2016 descubrió un nuevo efecto secundario de esta sustancia: un deterioro excesivo de la vejiga.