Cada vez son más las formas a través de las que se trata de concienciar a la población para dormir un número adecuado de horas con el fin de favorecer el descanso y la salud de su organismo.
Sin embargo, a veces aunque se cumpla esta premisa a rajatabla los días de muchas personas transcurren sumidos en un absoluto cansancio, que les impide desarrollar sus tareas rutinarias de forma eficiente.
¿A qué se debe esto? ¿No se supone que durmiendo ocho horas el cuerpo y la mente estarán descansados para afrontar el día? Hay muchas razones por las que dormir no es suficiente, como explican en el canal divulgativo de Youtube AsapScience en un de sus últimos vídeos.
Demasiado sedentarismo
¿Quién no ha experimentado alguna vez la maravillosa sensación de caer rendido a la cama después de una excursión al campo o una intensa jornada de ejercicio?
Por ese motivo, se recomienda a las personas sedentarias con problemas de cansancio que practiquen ejercicio de forma regular, pues éste puede ayudarles a dos niveles, tanto haciendo que su sueño sea más reparador como dotándoles de grandes dosis de energía para afrontar el día.
Ojo con el café
La primera solución a la que la mayoría de personas recurren para paliar el cansancio es la cafeína en todas sus variantes, pero esta técnica en el fondo puede avivar el fuego del problema, ya que puede hacer que la calidad del sueño nocturno sea mucho peor.
Y lo peor es que esto no ocurre sólo cuando se toma café justo antes de ir a la cama, sino que se puede dar también si el consumo ha tenido lugar a lo largo de la tarde.
Esto se debe a que la cafeína funciona bloqueando el efecto de la adenosina, una sustancia que se acumula en el cerebro a lo largo del día, haciendo que la sensación de sueño sea cada vez mayor, hasta llegar a su pico durante la noche.
Lógicamente, si se bloquea su acción esta sensación de cansancio disminuye momentáneamente, pero el efecto de la cafeína puede alargarse durante seis horas, por lo que tomarla por la tarde hará que el sueño nocturno no sea para nada reparador, aumentando el cansancio posterior, por mucho que las horas en la cama sean las adecuadas.
Más agua y menos alcohol
Algo muy común, que también puede dar lugar a cansancio es la falta de hidratación, ya que una pequeña disminución de un 1,5-2% en los niveles de agua corporales genera un espesamiento de la sangre, que transportará el oxígeno y los nutrientes más despacio, dando lugar a problemas como debilidad y falta de concentración.
En cuanto al alcohol, después de haberlo consumido es habitual caer rendido instantáneamente, pero durante la segunda mitad de la noche la calidad del sueño disminuye, haciendo imposible dormir adecuadamente.
Este efecto rebote se debe a que en un principio los parámetros habituales del organismo se modifican, con el fin de metabolizar correctamente el exceso de alcohol; pero cuando el proceso ha terminado, la nueva situación se mantiene, dando lugar a nerviosismo y problemas para descansar.
Por lo tanto, tomar una copita de vino en busca de un merecido descanso al final del día puede no ser para nada una buena idea.
Problemas de salud
Existen muchos problemas, tanto físicos como psicológicos, que pueden dar lugar a una sensación poco común de cansancio.
Por un lado, algunos trastornos psiquiátricos como el síndrome de fatiga crónica o la depresión pueden generar tanto debilidad como problemas para dormir por las noches.
Por otro lado, otras afecciones como la diabetes, la carencia de hierro o los trastornos tiroideos también pueden generar este tipo de problemas.
Sean del tipo que sean, siempre deberá ser un médico o, en su caso, un psicólogo el que diagnostique estos problemas, por lo que será necesario acudir a uno de ellos si el cansancio persiste por causas aparentemente injustificadas.