En anteriores investigaciones ya se llegó a la conclusión de que una única noche de insomnio es suficiente para producir un daño cerebral irreparable; a largo plazo, dicho daño cerebral llega incluso a ser permanente.
Ahora un nuevo estudio publicado en el Journal of Neuroscience ha ido más allá, investigando cómo se produce y hasta qué nivel afecta. Como conclusión, se ha descubierto que las células responsables de la limpieza cerebral se aceleran, llegando incluso a destruir conexiones cerebrales e incluso neuronas sanas.
La limpieza cerebral
Durante un hábito del sueño normal, las células gliales son las responsables de limpiar los escombros a nivel cerebral, es decir, de destruir y digerir restos de células desgastadas o restos metabólicos potencialmente dañinos.
Sin embargo, durante el insomnio, esta situación se acelera. A corto plazo esto puede ser incluso beneficioso, pues acelerar la limpieza y la reconstrucción de las conexiones cerebrales sanas puede ser de gran ayuda. Sin embargo, a largo plazo, el insomnio puede llegar a aumentar el riesgo e incluso desencadenar enfermedades neurológicas como el alzhéimer u otros trastornos, como aseguran Michele Bellesi y sus colegas de la Universidad Politécnica de Marche -Italia-.
Estos efectos se han descubierto de momento en ratones: se comparó un grupo de ratones a los que se les dejó dormir a voluntad con otro grupo de ratones al cual se mantuvo despierto durante ocho horas más. Finalmente, un tercer grupo de ratones se mantuvo despierto durante cinco días segundos -con el objetivo de imitar el insomnio crónico-.
Se analizaron las células gliales de los cerebros de los ratones -las células de limpieza cerebral-. Un tipo determinado de estas células, los astrocitos, son los responsables de limpiar las conexiones cerebrales innecesarias; por otro lado, las células de la microglía se encargan de limpiar el cerebro de escombros y células dañadas.
El insomnio y la limpieza cerebral acelerada
Tras un sueño reparador normal, los astrocitos estaban en un actividad del 6%, mientras que en un cerebro que sufre falta de sueño, la actividad sube hasta un 8% e incluso hasta un 13,5% si dicha falta del sueño se vuelve crónica -al menos, en ratones-.
La falta de sueño podría producir que las conexiones cerebrales se rompiesen más de la cuenta. Esto podría ser algo beneficioso a corto plazo, pues las conexiones cerebrales deben remodelarse cada cierto tiempo cuando se vuelven "viejas".
Sin embargo, por otro lado, también se descubrió que las células de la microglia también aumentaban su actividad durante la falta de sueño, y eso es preocupante: si se acelera la actividad de este tipo de células, se pueden desencadenar enfermedades neurológicas. De hecho, las células de la microglia ya se han relacionado con enfermedades como el alzheímer, la esquizofrenia, la depresión e incluso con los daños por consumo crónico de marihuana.
Por el momento no está claro si dormir más podría proteger al cerebro o evitar estos efectos nocivos relacionados con el insomnio, según los investigadores. Queda mucho por investigar al respecto.