Las resistencias a los antibióticos están causando poco a poco estragos, dando lugar a enfermedades casi imposibles de tratar. Entre los superantibióticos creados con el fin de acabar con las bacterias más resistentes se encuentra la vancomicina, cuya primera versión se empezó a usar en 1958 contra los llamados microorganismos MRSA o Staphylococcus aureus meticilina resistentes.
Sin embargo, hoy en día, las bacterias se han vuelto más resistentes si cabe a los fármacos existentes, incluidos los más potentes, como la actual vancomicina 2.0, considerada durante mucho tiempo como el "último recurso". Ahora, tras décadas de investigación, Dale Boger y sus colegas del Instituto de Investigación Scripps en San Diego -California- han sintetizado una nueva versión de la vancomicina, a la cual han llamado "vancomicina 3.0".
El 'superantibiótico' del siglo XXI
La anterior versión de la vancomicina usaba una vía de eliminación de bacterias que consistía en unirse a unas proteínas determinadas -péptidos- repetitivos en las bacterias. Sin embargo, los microorganismos han creado nuevos tipos de péptidos, evitando así la acción del fármaco.
En 2011 Boger y sus colegas ya idearon una forma de que la vancomicina 2.0 pudiese actuar contra todas estas proteínas, incluídas las nuevas, pero esto no ha sido suficiente.
Por otro lado, otras investigaciones han desarrollado nuevas formas de usar la vancomicina anterior, atacando a la llamada "pared celular" de las bacterias, o a su membrana externa, en el nuevo trabajo de Boger publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences se ha logrado desarrollar un nuevo fármaco con tres formas de atacar a los microorganismos resistentes: eliminar los péptidos uniéndose a ellos, atacar la pared celular y atacar la membrana externa, a la vez.
De hecho, se ha logrado usar este fármaco hasta 50 veces sin que las bacterias más resistentes hallan desarrollado resistencia al mismo, lo que sugiere que el compuesto podrías ser más duradero que los antibióticos actuales, los cuales dan lugar a resistencias tras unas pocas rondas de uso.
Cuando uno de los tres mecanismos de la vancomicina 3.0 falla, los otros dos funcionan, y por ello el fármaco es tan potente según sus creadores. Sin embargo, Boger advierte de que este antibiótico aún no está listo para ser probado en humanos, y su elaboración sigue siendo excesivamente cara. El próximo objetivo es abaratar costes y poder probarlo en animales, con el objetivo a largo plazo de poder realizar pruebas en humanos.