El estadounidense Steven Haines tuvo que entrar en quirófano en 2013 a causa de un intenso dolor en su testículo derecho. Sin embargo, como ha publicado recientemente la cadena de noticias CBS News, la operación no se produjo como se esperaba: el cirujano Valley Spencer extrajo a Haines el testículo sano por equivocación.
A pesar de que Spencer intentó dar una explicación al equívoco, el abogado de Haines afirmó que no había ningún tipo de sentido anatómico o médico en la misma. Como resultado, obtuvo una elevada cantidad de dinero a cambio del error.
870.000 dólares por operar el testículo equivocado
Haines, a cambio de ser operado del testículo contrario y sano, ha sido compensando económicamente: 620.000 dólares por el dolor y sufrimiento causados, más 250.000 dólares en daños y perjuicios. En total la suma asciende a 870.000 dólares, 780.000 euros. Además, el cirujano responsable de la equivocación ha perdido su puesto de trabajo en el Hospital Memorial JC Blair en Huntington.
Según el abogado de Steve Haines, el cirujano afirmó que había extraído el testículo situado en el lado derecho del escroto, a pesar de que dicho testículo tenía un cordón espermático que conducía a la parte izquierda del cuerpo -tratándose, por tanto, del testículo izquierdo y no el derecho-.
La operación, muy común en la especialidad de urología, se llama orquiectomía: una extirpación del testículo. Dicha operación puede prescribirse por diferentes razones, desde bultomas en el testículo para ser estudiados -en búsqueda de un posible cáncer o masa de algún tipo- a líquido en el testículo. En el caso de Haines, el motivo de la operación era aliviar el dolor causado por una lesión que se produjo hace ya 15 años, la cual le causaba malestar y dolor intenso.
Como cualquier otra operación, una orquiectomía conlleva sus riesgos, tales como hemorragías, infecciones de la herida quirúrgica o hernias secundarias al proceso. También puede producirse una falta de testosterona, aunque es una consecuencia más común cuando se produce la retirada de ambos testículos y no solo de uno de ellos.
En el caso de Haines no hubo complicaciones físicas de ningún tipo, aunque sí un intenso malestar emocional, y la consecuente necesidad de retirar ambos testículos. Al retirar el testículo equivocado tan solo le quedó uno, por lo que en este caso se acabará produciendo una orquiectomia bilateral y hay riesgo de trastornos hormonales secundarios.
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