El mal de Alzheimer es la principal causa de demencia diagnosticada en la actualidad. Viene producido por un envejecimiento cerebral patológico u anormal y en España afecta a cerca de seis millones de personas. El 10% de los casos se da en pacientes jóvenes, es decir, menores de 65 años. En tramos de ancianidad más avanzada, como en los mayores de 80 años, la tasa de Alzheimer se eleva hasta a un 50% de la población.
Aunque las causas exactas por las cuales se produce la enfermedad aún son materia de estudio, el desarrollo de técnicas para poder diagnosticar el alzhéimer con la mayor antelación posible está resultando exitoso. El siguiente paso es el de la prevención. Para avanzar en esa asignatura pendiente, un nuevo informe publicado en The National Academies of Sciences Engineering Medicine recopila datos de estudios anteriores para concluir que existen tres formas específicas para prevenir esta enfermedad neurodegenerativa.
Practicar el entrenamiento cognitivo
Este ejercicio consiste en realizar cualquier actividad que ayude a promover el pensamiento crítico. Realizar un crucigrama, un sudoku o simplemente jugar al brain training. Aunque dichos pasatiempos no han demostrado otorgar tantos beneficios como anuncia la gran industria que se ha montado a su alrededor, se especula con que la formación cognitiva colabora en aumentar la neuroplasticidad cerebral, lo que a su vez ralentizaría el deterioro cognitivo.
Como publicó el pasado año el New Yorker, existen pequeños estudios que sí han encontrado ventajas en el uso del brain training en edades avanzadas como forma de entrenamiento cerebral. Los que usan este método pueden ser hasta un 48% menos propensos a ser diagnosticados de demencia tras el paso de 10 años. Estos presuntos beneficios, sin embargo, todavía están escasamente investigados.
Controlar la presión arterial
El pasado año 2013 un estudio publicado en Stroke demostró que la tensión arterial elevada, sobre todo en las arterias de la cabeza y el cuello, puede contribuir al desarrollo de demencia. Por otro lado, este mismo año un estudio publicado en Alzheimer's & Dementia ha asegurado justo lo contrario: la tensión arterial elevada podría prevenir la demencia, aunque solo en los mayores de 80 años.
En el primer caso, el estudio australiano relacionó la tensión arterial elevada en los brazos con un peor desempeño en las pruebas cognitivas. Asimismo, la tensión arterial central elevada se relacionó con un peor procesamiento visual deteriorado, marcado por una pérdida de velocidad.
La relación entre la tensión arterial alta y la prevención de la demencia a mayor edad reside en que a presiones mayores de 140/90 se produciría un menor transporte sanguíneo de productos de desecho como la proteína beta-amiloide, la cual se ha relacionado con el desarrollo de la demencia. Aunque, actualmente, un solo estudio no es suficiente para asegurar que "tener la tensión arterial alta es bueno". Queda mucha investigación por realizar al respecto.
Realizar ejercicio físico
Finalmente, la tercera recomendación para prevenir el alzhéimer y el riesgo de demencia en su conjunto sería la realización de ejercicio físico con el objetivo de prevenir el deterioro cognitivo relacionado con la edad. Un estilo de vida activo en la tercera edad protege además contra los procesos degenerativos.
El mejor ejercicio es el aeróbico o cardiovascular, como por ejemplo andar, correr o pedalear en una bicicleta. Siempre de forma continua y regular, de 30 a 45 minutos diarios. Esta buena costumbre, aparte de garantizarnos un mejor estado de salud y anímico, puede prevenir contra otras enfermedades como las de párkinson y Huntington.