Los médicos alertan desde hace tiempo de que los medicamentos contra el exceso de ácido gástrico estomacal solo deben ser consumidos bajo prescripción médica para tratar dolencias como una úlcera estomacal o el reflujo gástroesofágico. Fármacos como el omeprazol no son inocuos protectores ante una comilona o una noche de borrachera: contienen inhibidores de la bomba de protones (PPI) que acaban de ser vinculadas a un aumento considerable del riesgo de muerte.
Un equipo de la Washington University School of Medicine de San Luis, Misuri, comparó a 275.000 personas a las que se recetó una medicación PPI entre octubre de 2006 y septiembre de 2008 con otros 75.000 pacientes que recibieron fármacos contra la acidez estomacal de otro tipo, denominado bloqueador H2. A continuación contrastaron los datos de estos sujetos con otros tres millones de estadounidenses bajo tratamiento que no fueron medicados con PPIs.
Los investigadores descubrieron que las personas que habían sido tratadas con PPIs tenían un riesgo un 25% superior de morir en los siguientes cinco años que los que tomaron fármacos bloqueadores del H2. El riesgo de mortandad se incrementaba además con el consumo continuado: concretamente, en un 50% en los sujetos que tomaron la medicación PPI durante dos años seguidos.
"Por mucho que troceásemos y repasásemos los datos de esta enorme base, nos encontrábamos con lo mismo: hay un riesgo mayor de muerte entre los consumidores de PPIs" - explica el doctor Ziyad Al-Aly. "La gente cree que los PPIs son muy seguros porque son de fácil acceso, pero conllevan riesgos auténticos, especialmente si se toman durante épocas prolongadas".
El estudio, sin embargo, especifica que todavía se tiene que investigar cuál es el vínculo efectivo entre la mediación PPIs y el aumento de la mortandad entre los pacientes que la consumen, recoge Livescience.
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