Los tomates, por el mero hecho de ser una fruta -que no una verdura-, forman parte de dietas saludables como la dieta mediterránea o la dieta MIND, entre otras. Su consumo ha demostrado tener amplios beneficios no solo a nivel cardiovascular, sino también de forma específica en la prevención del derrame cerebral e incluso en algunos tipos de cáncer, como el de mama.
Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por los investigadores de la Universidad Estatal de Ohio afirma que el consumo diario de este fruto puede otorgar un nuevo beneficio: protegen contra la luz ultravioleta, ayudando así a reducir el riesgo de cáncer de piel.
Los tomates y el cáncer de piel
La investigación, llevada a cabo por Tatiana Oberyszyn, Jessica Cooperstone y sus colegas, se ha publicado recientemente en la revista Scientific Reports.
En trabajos anteriores se ha demostrado que el consumo de pasta de tomate puede reducir las quemaduras solares, e incluso que las sustancias carotenoides de la dieta -los compuestos que dan color al tomate y otras frutas y verduras- quedan impregnadas en la piel humana tras ingerirlas, algo que podría otorgar este efecto protector contra la radiación ultravioleta y el daño potencial de la misma.
En este caso, para su estudio, las investigadoras intentaron determinar si el consumo de diversas variedades de tomates podrían reducir el riesgo de cáncer de piel en ratones expuestos de forma crónica a la luz ultravioleta.
A pesar de que en los ratones hembra no hubo diferencias según el consumo de tomates, en los ratones macho que basaban el 10% de su dieta en el consumo de tomate en polvo de forma diaria durante 35 semanas, y posteriormente fueron expuestos a la luz ultravioleta, experimentaron una reducción del riesgo de sufrir cáncer de piel de hasta un 50% en comparación a los ratones que no recibían tomate en su dieta.
Machos, hembras y las diferencias en el consumo de tomate
Según los investigadores, las diferencias percibidas en los resultados según la diferencia de género podrían explicarse mediante estudios previos. En anteriores trabajos se ha demostrado que los ratones macho desarrollan tumores más rápido tras la exposición a la luz ultravioleta, y además dichos tumores son más grandes y agresivos.
Asimismo, las investigadoras señalan que igualmente deberían tenerse en cuenta estos resultados, ya que la prevención no debería ser igual en hombres y mujeres, pues es posible que también existan diferencias aún no estudiadas.
Finalmente, también destaca el hecho de que aquellos ratones macho que consumieron la variedad de tomates rojos eran los que tenían un menor riesgo de cáncer de piel. Asimismo, las investigadoras abogan por tener en cuenta las intervenciones nutricionales a nivel de protección frente a las enfermedades, tanto por la parte estudiada en este caso -el cáncer de piel- como otras.
Con todo, recalcan que los alimentos no son medicamentos y no tienen el mismo potencial que estos. Pero debe tenerse en cuenta que la posibilidad del consumo diario y de por vida puede alterar el desarrollo de algunas enfermedades.