Testículos de cerdo y vino: así se curaba la infertilidad en la Edad Media
Un estudio realizado por una investigadora británica analiza los métodos surrealistas que se utilizaban durante esta época de la Historia tanto con hombres como con mujeres.
15 agosto, 2017 18:17Noticias relacionadas
Tomar testículos de cerdo o beber un preparado a base de planta nepeta. Estos son algunos de los remedios para la infertilidad que se utilizaban durante la Edad Media y que han salido a la luz gracias al trabajo de investigación llevado a cabo por la doctora en Historia Catherine Rider, de la Universidad de Exeter (Reino Unido). La investigadora ha publicado un estudio en el que cuenta cómo se afrontaba la infertilida, tanto de hombres como de mujeres, durante esta época de la Historia.
En su publicación, la profesora recoge testimonios escritos por médicos de la época, en los que se afirmaba que había hombres y mujeres sexualmente activos que por algún motivo no podían concebir hijos. Rider encontró que eran las mujeres las que más interés despertaban entre los médicos, ya que había más información al respecto.
En esta época, en la que apenas había herramientas para el diagnóstico de patologías, los métodos para favorecer la concepción eran peregrinos. En una publicación llamada Libro de Medicina Diversa, que data del siglo XV, hay una recomendación para "los hombres que quieran que su mujer tenga un hijo rápidamente". El método consiste en hervir una planta llamada nepeta junto con vino hasta que se reduzca a un tercio de su volumen. Una vez hecho esto, debe tomarse una vez al día durante tres días con el estómago vacío.
Otra técnica, esta para el hombre, necesitaba de testículos de cerdo. Primero se secaban y se machacaban y posteriormente se mezclaban con vino. La frecuencia necesaria para que funcionase es la misma que en el anterior método: una vez al día durante tres jornadas consecutivas.
Test de infertilidad
En otro libro de la época, La Trótula, también se habla de un supuesto test para saber si eras estéril. Si una pareja llevaba tiempo intentando tener hijos y no lo conseguía, se les pedía orinasen en sendos botes y los conservaran durante nueve o diez días. Si después de este tiempo aparecían gusanos en alguno de los dos recipientes, significa que la persona que había orinado en él no podía tener hijos.
En esta misma publicación también se relata qué idea se tenía sobre la infertilidad de los hombres. Así, los problemas de los varones se separaban en tres tipos: provocados por un defecto en el espíritu del semen (si el hombre era incapaz de mantener la erección), por la humedad (si el hombre expulsaba poco semen) o por el calor (cuando el hombre no deseaba mantener relaciones).
La investigadora de la Universidad de Exeter ha encontrado pruebas de que durante la Edad Media algunos hombres se enfrentaban a acusaciones de infertilidad que se resolvían en tribunales eclesiásticos. Según Rider, si bien los problemas de infertilidad de la mujer eran más estudiados, la incapacidad de concebir en los hombres aparecía más en las leyes medievales del matrimonio. Una mujer podía anularlo por motivos de impotencia.