A tan solo 15 minutos de terminar su turno, Antony Seward, un miembro de 20 años del Cuerpo de Bomberos de la ciudad de Bristol (Reino Unido), perdió parte de su mano en un accidente. Tras acudir a una llamada de emergencia en una fábrica de la empresa textil Heathcoat Fabrics Ltd, en la localidad de Tiverton (Reino Unido), introdujo de forma fortuita su extremidad superior izquierda en un rodillo en movimiento que no contaba con la protección adecuada.
Tras ser desplazado inmediatamente al Centro Hospitalario Southmead, en Bristol, los médicos decidieron llevar a cabo una técnica inusual: coserle la mano al abdomen para que se le regenerase la piel.
Después de tres semanas con el brazo en cabestrillo y la mano adherida al estómago, los cirujanos procedieron a su separación. Con esta cirujía pretendían aumentar la circulación de la sangre en la zona, para en un futuro poder mejorar la movilidad y que Seward pudiese volver a agarrar objetos.
En un primer momento, todos los dedos de la mano excepto el pulgar estaban unidos en un solo muñón. Pero tras realizarle dos operaciones, consiguieron separarlos, hasta quedar índice y meñique completamente separados, y el corazón y anular, los más afectados, unidos en uno solo.
Anthony Seward, que solamente llevaba cuatro meses trabajando como bombero, ya no podrá seguir siéndolo, pero tras su accidente se muestra contento con los resultados. "Han sido unos largos, dolorosos y difíciles 12 meses de recuperación, pero los médicos hicieron un trabajo fenomenal, no creo que pudiesen haberlo hecho mejor", afirmó.
Uno de los cirujanos que trataron a Seward, James Henderson, sostuvo que la movilidad de los dedos podría mejorar más aún, después de utilizar piel de los dedos de sus pies para incrementar la funcionalidad del implante.
La empresa fue multada
La empresa propietaria de la fábrica fue condenada a pagar una indemnización de 384.000 euros. Los propietarios incurrieron en un delito, ya que en el momento del suceso, la máquina llevaba sin ser reparada 31 meses y no tenía la barrera protectora necesaria.
Si bien en parte fue culpa del propio Seward, ya que colocó la mano en una zona en la que no debía haberlo hecho, el juez concluyó que el accidente, que provocó que el afectado tuviese que pasar seis veces por el quirófano, se podría haber evitado con las medidas de seguridad adecuadas.
Christian DuCann, representante de la empresa, afirmó que había sido una "verdadera tragedia" para un joven trabajador, y sostuvo que su grupo se siente "realmente arrepentido" de lo ocurrido en este "incidente evitable".