En el mundo hay un 19% de la población que evita tener relaciones sexuales. Aún teniendo pareja, o siendo personas deseadas, mucha gente ve el coito como algo innecesario, peligroso, doloroso o poco llamativo.
Según el psiquiatra Shervin Assari -de la Universidad de Michigan-, esto se debe a problemas de distinto origen. Entre esta porción de personas están los asexuales, que representan el uno por ciento de la población total, y evitan las relaciones por falta de atracción sexual o desinterés.
Además, hay otros motivos como las patologías cardíacas o enfermedades propias del aparato reproductor. Estas son ocho curiosidades que seguramente no sabías sobre las personas que evitan tener sexo.
La dispareunia puede estar detrás
La dispareunia es el trastorno que sufren las personas que sienten dolor al tener relaciones sexuales. Según cuenta a EL ESPAÑOL Hector Galván, psicólogo clínico y sexólogo que dirige el Instituto Madrid de Sexología, se debe a problemas como infecciones en las vías urinarias, virus, hongos, infecciones vaginales, enfermedades sexuales como gonorrea o sífilis, sequedad vaginal o cicatrices tras un parto.
Como puede verse, todas son patologías que afectan a las mujeres, por lo que esta condición es más propia en este género que en el masculino.
Las mujeres son más propensas
El mismo Galván cita un artículo, firmado también por Assari, que demuestra que las mujeres evitan el sexo más habitualmente que los hombres. En este informe, que recogió recientemente The Conversation, Assari afirma que "mientras que nuestra sociedad se centra mucho en tener relaciones sexuales, no sabemos tanto sobre no tenerlas".
Algunas de las razones que da sobre por qué las mujeres son más propensas a evitar el sexo son el abuso sexual infantil, también durante el embarazo el temor al aborto espontáneo o a perjudicar al feto y, por último, la falta de interés o la fatiga.
Frecuente si se sufren problemas de corazón
Debido al miedo, las personas con problemas de corazón tienden a evitar las relaciones sexuales más de lo habitual. Una vez que se sufre un accidente cardiovascular como un infarto o una angina de pecho, es común tener reticencia a practicar actividades físicas intensas.
Acorde a lo que explica Galván, "una persona que padezca del corazón, puede que tenga permiso médico para realizar actividad física y aun así, prefiera mantenerse inactivo y tranquilo por miedo a un ataque".
Hay otras disfunciones orgánicas relacionadas
Entre las personas que suelen evitar tener relaciones sexuales, muchas de ellas sufren algún tipo de disfunción sexual originada por causas orgánicas. En ocasiones existen motivos médicos que, o realmente impiden que la persona pueda mantener relaciones sexuales de manera satisfactoria, o bien atemorizan a la persona, y por prevención, prefiere no mantenerlas.
Dentro de las enfermedades que son capaces de producir disfunciones sexuales, cabría distinguir entre tres grandes grupos de enfermedades: vasculares, endocrinológicas y neurológicas.
Es más común a partir de los 50 años
Cuando la evitación de las relaciones sexuales viene dada por algún problema de tipo médico, lo más frecuente es que ocurra en personas mayores de 50 años. En esta etapa, pueden empezar a llegar algunas enfermedades como la diabetes, la hipertensión, el colesterol, la obesidad, etc.
Las patologías de este tipo pueden causar un descenso del deseo sexual y del rendimiento físico, que se ve influenciado por el consumo de determinados fármacos, que pueden tener estos mismos efectos no deseados.
El miedo al gatillazo puede explicarlo
En los hombres, el problema más común que provoca evitar el coito es la disfunción erectil. El miedo a no poder conseguir una erección completa hace que algunos hombres eviten tener relaciones.
Estos problemas comienzan a ocurrir a partir de los 50 años y hacen que los varones comiencen a consumir fármacos como la viagra u otros potenciadores sexuales.
¿Y si se debe al consumo de fármacos?
El consumo de algunos fármacos produce un descenso de la líbido que a veces se traduce en ausencia de ganas de tener sexo. Un ejemplo es la píldora anticonceptiva. Este compuesto provoca una reducción de algunas hormonas sexuales como la testosterona, conllevando una merma de las ganas de mantener relaciones sexuales en las mujeres.
Otros ejemplos son los antihistamínicos y los antidepresivos tricíclicos. En cuanto a los primeros, fármacos que contienen difenhidramina o clorfenamina pueden afectar durante unas horas al apetito sexual. Respecto a los antidepresivos, en componentes como Elavil, Tryptizol o Laroxyl uno de los efectos secundarios asociados produce también una disminución de la líbido.
También la causa la 'menopausia masculina'
La andropausia es la reducción progresiva de la capacidad funcional de las glándulas sexuales masculinas. Según estudios, "a los 60 años, se estima que más de la mitad de los hombres sufren alteraciones por la andropausia". Entre éstas, puede estar la huída voluntaria de las prácticas sexuales.
Estas variaciones en el organismo de los hombres pueden provocar cambios en la actitud y el estado de ánimo, fatiga, pérdida de energía, falta de la líbido y el deseo sexual, mengua de la erección y aumento de peso.