El uso de sustancias desinfectantes es muy importante en la elaboración de productos como pastas de dientes, colutorios y una amplia gama de fármacos. Sin embargo, el método utilizado por este tipo de productos para eliminar a los microbios no sólo actúa contra ellos, sino que también puede ocasionar grandes perjuicios a los seres humanos.
Un claro ejemplo es el de un grupo de desinfectantes, conocidos como cuaternarios de amonio, cuyo uso parece ser menos seguro de lo que se creía.
Los peligros del desinfectante
Por lo general, este tipo de desinfectantes actúan uniéndose a las grasas presentes en la membrana de los microbios, desgarrándola y causándoles la muerte.
Resultan muy efectivos, incluso a concentraciones bajas, pero la cosa no termina ahí, ya que después de su actuación no se alteran químicamente, de modo que pueden continuar afectando a otras células vivas, no necesariamente patógenas.
Con el fin de comprobar si esto podía ser peligroso para los humanos y otros seres vivos, estos investigadores, que han publicado sus resultados en Enviromental Health Perspectives, realizaron en el laboratorio un cultivo de células humanas, sobre las que probaron los efectos de estas sustancias.
Concretamente, utilizaron cloruro de cetilpiridinio y cloruro de benzalconio, ambos muy usados en todo tipo de productos. Así comprobaron que los dos actuaban sobre las mitocondrias, que son un tipo de orgánulos membranosos que se encargan de generar la energía necesaria para la célula.
Los efectos más perjudiciales los produjo el cloruro de cetilpiridinio, pero ambos bloquearon en mayor o menos medida la obtención de ATP, usado como moneda de cambio energético en los procesos celulares.
De momento estos científicos no han podido establecer cómo influye esto en las células in vivo, pero las perspectivas no son buenas, ya que se conoce que algunos fármacos que también afectan a las mitocondrias pueden derivar finalmente en la aparición de enfermedades como el párkinson.
Un enemigo de la fertilidad
Además de afectar a las mitocondrias, se ha comprobado que estos compuestos químicos también interfieren sobre la respuesta de las células al estrógeno, una hormona con un papel esencial en la reproducción, por lo que también podrían causar infertilidad.
Por el momento, ninguno de los cuaternarios de amonio en las dosis utilizadas actualmente han sido declaradas como peligrosos, por lo que no debe cundir el pánico, pero sí que será necesaria una nueva revisión, para comprobar si deberían retirarse del mercado o, al menos, ser sometidos a una nueva regulación.