Los 'dolores de riñón', más conocidos como cólicos renales en la jerga médica, son un motivo bastante común para acudir a los servicios de urgencias de cualquier hospital. Aunque en muchas ocasiones no llega a detectarse causa de dichos dolores, el origen más común de los mismos suele ser una piedra dispuesta en alguno de ambos riñones, en sus conductos, o en la misma vejiga urinaria.
Aunque se suele creer que a mayor tamaño de la piedra, más dolor se sufrirá, esto no es más que un mito: una pequeña piedra puede provocar un inmenso dolor, y una piedra grande puede dar pocos síntomas.
Algo así le ocurrió a un hombre de California -Estados Unidos-, el cual acudió a las urgencias de su hospital más cercano con dos síntomas clave: dolor a nivel de su riñón derecho y dificultad para orinar. La causa de ambos síntomas era una piedra, una enorme piedra en su vejiga.
Una piedra similar a un huevo de avestruz
El caso de este paciente, publicado recientemente en el New England Journal of Medicine, afirma que la piedra encontrada en su vejiga tenía un peso de 770 gramos y unas medidas de 12 cm por 9,5 cm por 7,5 cm. En comparación, un huevo de avestruz estándar pesa alrededor de 1.300 gramos.
Aunque tanto el peso como las medidas de este hallazgo son llamativas, dista mucho de ser la piedra renal más grande jamás detectada. Según el Libro Guinness de los Records, ese honor sigue poseyéndolo una piedra encontrada en la vejiga que pesaba 1,9 kilogramos y media 17,9 cm por 12,7 cm por 9,5 cm.
Normalmente, una piedra renal o detectada a nivel de vejiga suele medir entre 0,5 y 1 cm; las piedras de más de 1 cm son raras, aunque también más o menos comunes.
En este caso al paciente se le realizó una tomografía computerizada de abdomen, donde se detectó tanto esta piedra gigante como otra de menor tamaño en su uréter izquierdo -el conducto que lleva la orina desde el riñón izquierdo hacia la vejiga-.
Según los médicos que atendieron a este paciente, también existía la complicación de que dicho hombre había sufrido un cáncer de vejiga con anterioridad, hacía unos 10 años. En aquel momento se le extirpó su vejiga y se le construyó una 'neovejiga' a partir de tejido de sus intestinos, la cual estaba totalmente conectada como la suya propia. Precisamente el hecho de poseer una 'neovejiga', como era el caso, ha demostrado aumentar el riesgo de sufrir piedras en el aparato urinario.
Finalmente, según el informe del NEJM, se realizó una cirugía al paciente para extraer la piedra gigante de su 'neovejiga', y se usó láser para romper la otra pequeña piedra de su uréter izquierdo. Tras la cirugía, todo salió bien, aunque el paciente seguirá siendo vigilando por los médicos tras este episodio.