La zoofilia: el sexo con animales, delito en España y tradición en otros países
Brucelosis, leptoropirosis, fiebre Q o haditosis, además de cáncer de pene, son algunos de los riesgos para la salud de la práctica de este parafilia.
1 octubre, 2017 17:09Noticias relacionadas
A pesar de ser una conducta tipificada como delito en el artículo 337 del Código Penal, la zoofilia tiene seguidores en España. Tanto es así que en el sitio web sexosintabues.com hay una sección dedicada exclusivamente a esta práctica sexual que tiene gran actividad.
En este foro sobre zoofilia, que es actualizado por personas que añaden comentarios regularmente, se dan consejos para practicar la zoofilia mayoritariamente con perros. En las distintas entradas que hay, se dice cómo llevar a cabo la práctica de la mejor forma posible y para no contagiarse enfermedades.
Esta costumbre está catalogada como un tipo de parafilia en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, editado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría. Dentro de todos los tipos de parafilias que hay -más de 500-, es una de las que más recelo despiertan entre la población, a diferencia de otras como el sadismo, el voyeurismo o el fetichismo, más aceptadas en la sociedad.
Tradición en algunas partes
Mientras que en la cultura occidental la zoofilia con animales no es algo que hagan público los que lo practican, en algunos lugares del mundo es una tradición comúnmente aceptada. En la localidad de Cartagena (Colombia), es común que los jóvenes se inicien en el sexo manteniendo relaciones con una burra.
Diego Iglesias, un reportero del Caiga Quien Caiga argentino, viajó a la zona del norte del país para intentar recabar testimonios que probaran la existencia de estas prácticas. No le fue difícil. En su reportaje pudo entrevistar a varios hombres que reconocieron haber tenido sus primeros encuentros sexuales con burras siendo aún menores de edad, con menos de quince años. "Es la primera mujer del hombre", le cuenta un habitante de la zona.
Felix Acevedo, otro de los que cedieron su testimonio, afirma que "las burritas a veces quitan la necesidad". En su mayoría campesinos y residentes de entornos alejados de las ciudades, los hombres reconocen sin complejos que recurren a las burras para calmar su apetito sexual. "A la burrita uno la acostumbra. Hay que ir sobándola y una vez que alce el rabito…", afirma el propio Acebedo.
Riesgo de cáncer de pene
Un estudio realizado en Brasil y publicado en 2012 en The Journal of Sexual Medicine sostiene que los hombres que mantiene relaciones zoofílicas tienen un riesgo más elevado de contraer cáncer de pene que el resto.
Según el informe, esto se debe principalmente a dos motivos. El primero de ellos es que al mantener relaciones zoofílicas el miembro viril está en contacto con mucosas y fluidos de los animales, que contienen bacterias distintas a las del cuerpo humano. El segundo es que al empezar su vida sexual introduciendo el pene en orificios que no están realmente adaptados a él, los zoófilicos pueden producirse microtraumatismos, lo que les expondrá más a la enfermedad.
En la investigación se entrevistó a 492 hombres de entre 18 y 80 años. De ellos, el 35% admitió haber mantenido relaciones con un animal alguna vez en su vida y 18 de ellos padecían cáncer de pene.
Con estos datos, los científicos dedujeron que a mayor frecuencia de relaciones zoofílicas, más riesgo de tumor en el pene. Además, el estudio también apunta que el 40% de los hombres que han practicado sexo con animales lo hace frecuentemente y que las especies preferidas son las yeguas, las burras, los mulos, las cabras, las gallinas, las terneras, las vacas, los perros y las perras, los corderos y los cerdos, en ese orden.
Cuidado con los perros callejeros
Una de las últimas consultas hechas en sexosintabues.com se realizó hace apenas una semana. Un usuario quería saber si había riesgos 'extra' al llevar a cabo la práctica sexual con un perro salvaje. Otro usuario especialista en zoofilia canina le daba algunos consejos para poder llevar a cabo esta relación sin contagiarse.
Entre estas directrices, está la de utilizar preservativo. Estos animales tienen enfermedades como la brucelosis, leptoropirosis, fiebre Q o haditosis. Al no ser cuidados por personas, los perros callejeros tienen mayor riesgo de albergar en su organismo estas patologías, por lo que hay un riesgo mayor de contagio que con un animal doméstico.
Relación entre zoofilia y abusos sexuales
De forma previa a que el acto sexual con animales fuera tipificado como delito en el código penal, la Coordinadora de Profesionales por la Prevención de Abusos (CoPPA) advirtió a la Comisión de Justicia del Congreso de la relación entre zoofilia y abusos sexuales.
Según varios informes a los que hicieron referencia sobre experimentos realizados con presos extrajeron, el 30% de los violadores que participaron, el 60% de quienes abusaron sexualmente de niños y el 81% de los delincuentes sexuales no selectivos había incurrido en actos de zoofilia.
Los miembros del CoPPa denunciaban que los individuos que llevan a cabo actos de zoofilia varían de un tipo de abuso sexual a otro, de forma que puede ser similar el riesgo de que agredan sexualmente a un animal a que lo hagan con un humano, incluido un niño.
En el dossier que enviaron a la Comisión de parlamentarios, pedían modificar el Código Penal para inhabilitar para la tenencia de animales a los zoofílicos y penalizar el proxenetismo con animales y la producción de zoo-pornografía.
Tras está petición, el 15 de marzo de 2015 el Congreso aprobó un cambio en el Código Penal que supuso para España adaptar sus leyes sobre protección de animales a la legislatura del resto de Europa.