Según un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE), las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en España. No en vano, están detrás de casi el 30% de los fallecimientos en nuestro país. Y no se trata precisamente de una alarmante excepción: la Organización Mundial de la Salud cifra en más de 17 millones de muertes al año las provocadas por estas patologías. En definitiva, la existencia de un Día Mundial del Corazón, que se celebra hoy, está más que justificada: aún queda mucho camino por recorrer.
“Que casi uno de cada tres españoles siga muriendo por enfermedades cardiovasculares, hecho en gran medida evitable, es un indicador de que todavía nos queda mucho trabajo por hacer, para evitar que sigamos enfermando, y mucho, por esta causa”, afirma desde la Sociedad Española de Cardiología su presidente, el doctor Andrés Íñiguez.
Efectivamente, la prevención es posible en el caso de las enfermedades cardiovasculares: un cambio a tiempo en los hábitos de vida y una dieta adecuada pueden ser claves. Y es precisamente en la dieta donde entran en juego los populares ácidos grasos omega 3.
Presentes sobre todo en el pescado azul (sardinas, salmones, caballas, truchas o atunes, entre otros) y en frutos secos como la nuez, además de en algunos alimentos enriquecidos, como los productos lácteos enriquecidos con estos ácidos grasos. Así, consumir leche (y derivados) que contengan omega 3 puede ayudar a evitar la existencia futura de enfermedades cardiovasculares.
Entre los motivos confirmados a través de estos estudios se encuentra la capacidad de los ácidos grasos omega 3 de aumentar el tiempo de coagulación de la sangre y, además, de reducir el endurecimiento de las arterias (patología conocida como arteriosclerosis).
Sin embargo, y a pesar de los beneficios de consumir alimentos con omega 3, no lo estamos haciendo con la regularidad idónea. Si la cantidad diaria recomendada por varios organismos sanitarios está entre 250 y 500 miligramos, los datos no invitan al optimismo: según el informe de la FEN, el 65% de los españoles consumimos una cantidad de Omega 3 inferior a la recomendada, tal y como demuestra la Encuesta Nacional de Ingesta Dietética en España (ENIDA) para la población comprendida entre los 17 y los 60 años.
Además, el consumo de omega 3 es menor en la población más joven, lo cual es más alarmante: en edades en las que la ingesta de omega 3 podría ser clave para prevenir futuras enfermedades cardiovasculares, estos ácidos grasos tienden a hacer poco acto de presencia.
“De los escasos estudios publicados, se presume que la ingesta tanto en niños como en adultos y adultos mayores se encuentra por debajo de las recomendaciones internacionales”, concluye el informe de la FEN.
La leche como mejor aliada
Si bien están presentes en distintos alimentos, lo cierto es que la leche es una gran oportunidad para los integrantes de los hogares españoles de consumir ácidos grasos omega 3 siguiendo las recomendaciones sanitarias. No en vano, y tal y como indican desde la FEN, “la leche es un alimento considerado básico y equilibrado desde el punto de vista nutricional, por su aporte de proteínas de alto valor biológico, calcio de alta biodisponibilidad, fósforo y vitaminas del grupo B”.
Así, la leche enriquecida con omega 3 se presenta como una muy buena opción de cara a aumentar la ingesta de estos ácidos grasos y prevenir las enfermedades cardiovasculares a través de una mejor dieta. “La leche, por sus características fisicoquímicas y por su alta penetración en hogares, es de gran utilidad como vehículo de suplementación de ácidos grasos omega 3 (a través de las bebidas lácteas con perfil lipídico modificado)”, explican desde la FEN.
De hecho, un vaso de una de estas leches enriquecidas aporta la mitad de la cantidad diaria recomendada de omega 3. Por tanto, en el contexto de una dieta equilibrada y variada, con un consumo adecuado de pescado, estas leches facilitan alcanzar el consumo óptimo de omega 3 diario.
Ventajas para todos
La leche enriquecida con omega 3 no solo es recomendable para pacientes de enfermedades cardiovasculares (o, en general, consumidores que quieran prevenir futuras cardiopatías), sino que otros grupos de población pueden verse beneficiados por el consumo de estos ácidos grasos.
En concreto, el omega 3 cumpliría una función protectora (además de mejorar la circulación) clave en los procesos antiinflamantorios, algo habitual tras realizar ejercicio intenso. Pero el omega 3 no solo combatiría la inflamación producida por el deporte, sino que también tiene propiedades antioxidantes. Por si fuera poco, algunos estudios muestran indicios de que la ingesta de estos ácidos grasos también podría favorecer el rendimiento deportivo.
En definitiva, ya sea para prevenir enfermedades futuras o simplemente para disfrutar de un día a día con hábitos más saludables, lo cierto es que el consumo de omega 3 es altamente recomendable. Mientras la población española no cumple con las recomendaciones diarias, el pescado, los frutos secos y la leche enriquecida, se antojan los principales aliados para una dieta sana.
'Los españoles no tomamos el omega 3 suficiente para prevenir enfermedades del corazón' es un contenido elaborado con la colaboración del Instituto Puleva de Nutrición.