La elevada contaminación en el mundo occidental ya ha demostrado ser causante de diversos problemas de salud, desde un aumento de las enfermedades respiratorias y las alergias, enfermedades vasculares y mentales, e incluso un aumento de la mortalidad en general.
El tema está más de actualidad que nunca en la capital de España, donde el Ayuntamiento ha activado el escenario 2 del protocolo anticontaminación, lo que pone de manifiesto lo elevado de los niveles de partículas PM2.5, las más peligrosas.
Pero un reciente estudio publicado en la revista Circulation y presentado recientemente en las Scientific Sessions 2017 de la American Heart Association, asegura que tal contaminación podría ser peor para aquellos individuos que tienen un grupo sanguíneo determinado. Concretamente, aquellos con sangre del tipo A, B y AB tendrían un mayor riesgo de sufrir un ataque al corazón a causa de la contaminación.
Estos grupos sanguíneos no son los más frecuentes en España, pero entre los tres los poseen un 45% de españoles. El más común de los más perjudiciales en nuestro país es el A+, que tiene un 34% de la población. El riesgo se compara con el del grupo menos proclive a verse afectado por problemas cardíacos asociados a la polución, el 0 -el más frecuente en España-.
La contaminación y el grupo sanguíneo
El estudio, llevado a cabo por Benjamin Horne y sus colaboradores, analizó a pacientes del Intermountain Medican Center Heart Institute de Utah -EEUU- a lo largo de 14 años. Según sus datos, aquellas personas que poseían un grupo sanguíneo del tipo A, B o AB tenían el doble de riesgo de sufrir un dolor de pecho -angina de corazón- o un infarto de corazón cuando se encontraban en un ambiente con elevados niveles de contaminación. En comparación, aquellos individuos que poseían el grupo sanguíneo tipo O "sólo" aumentaban su riesgo de infarto un 40%.
Anteriormente ya se sabía que la contaminación ambiental aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, incluyendo el infarto cardíaco, pero esta es la primera vez que se relaciona el riesgo de tales eventos con un grupo sanguíneo determinado.
Según Horne, epidemiólogo clínico, la asociación entre los infartos de corazón y el grupo sanguíneo tipo O "no es preocupante" pero sí "es algo a tener en cuenta". De hecho, Horne sugiere que se debería enfatizar la información sobre la contaminación que se les da a los pacientes, haciendo hincapié en este tipo de riesgos; por ejemplo, recomendando realizar ejercicio físico en el interior de un edificio si el ambiente en el que se vive está rodeado de una contaminación excesivamente elevada.
Los niveles seguros de contaminación
Actualmente se consideran niveles seguros de contaminación en el aire aquellos que se encuentran por debajo de los 20 microgramos de partículas contaminantes por metro cúbico. Por su parte, a partir de 60 microgramos por metro cúbico ya se consideran niveles elevados.
Aún así, cabe destacar que un reciente estudio publicado en el New England Medical Journal afirmó, tras analizar datos de 60 millones de personas, que incluso dichos niveles "seguros" de contaminación aumentan el riesgo de muerte prematura.
En el caso del estudio actual se llegó a la conclusión de que, por cada aumento de 10 microgramos adicionales por encima de dichos 20, el riesgo de sufrir un infarto para los individuos con grupo sanguíneo A, B o AB aumentaría hasta un 25%; por su parte, dicho riesgo de infarto "solo" aumentaría un 10% en los individuos con grupo sanguíneo tipo O.
Actualmente hasta el 55% de los individuos del planeta poseen un grupo sanguíneo A, B o AB, y dichos grupos sanguíneos son más predisponentes de por sí a sufrir problemas cardíacos según un estudio publicado en Arteriosclerosis, Thrombosis, and Vascular Biology el pasado año 2012, aunque actualmente la causa es desconocida.