Para parecer a los ochenta y pocos años hasta 11 años más joven que otra persona de la misma edad no hace falta usar una carísima crema, matarse en el gimnasio o ejercitar la mente con videojuegos o, al menos, no sólo son necesarios ese tipo de hábitos. Otro, muchos más sencillo y para algunas personas totalmente automatizado, permite lograrlo.
Al alcance de un paseo a la frutería o una visita a la correspondiente sección del supermercado, algo tan simple como comer una ensalada con vegetales de hoja verde al día marca la diferencia. O, al menos, así lo estipula un estudio publicado en la última edición de la revista Neurology.
El trabajo demuestra que las personas que ingieren al menos una ración diaria de este tipo de alimentos reducen su memoria y su capacidad de razonamiento según envejecen más lentamente que la gente que se mantiene lejos de estos vegetales.
La diferencia entre ambos grupos equivaldría, según los autores de la investigación, a 11 años. "Añadir una porción de vegetales de hoja verde a tu dieta puede ser una forma simple de fortalecer la salud de tu cerebro", explica una de las firmantes del trabajo, la investigadora del Rush University Medical Center Martha Clare. "Las proyecciones nos indican que se va a incrementar enormemente el porcentaje de personas con demencia según aumenta la población mayor, por lo que es vital que que se desarrollen estrategias para prevenir esta dolencia", añade.
El estudio analizó a 960 personas con una media de edad de 81 años y que no tenían demencia al comenzar la investigación, que se prolongó durante una media de 4,7 años. Los participantes completaron un cuestionario sobre lo a menudo que ingerían ciertas comidas y además se sometieron anualmente a pruebas de memoria y de capacidad cognitiva.
En concreto, se les preguntaba por tres alimentos: espinacas -una ración se consideraban 125 gramos-, col o judías verdes -la misma cantidad- y ensalada con lechuga -250 gramos aproximadamente.
Los individuos fueron divididos en cinco grupos según la frecuencia con la que tomaban dichas comidas: el superior, ingería 1,3 raciones diarias y el último 0,1 porciones diarias.
En total, y durante los años que duró la observación, los resultados de los participantes en las pruebas de memoria y habilidad cognitiva se reducían a una media de 0,08 unidades estándar al año. Pero se vio que, a los 10 años de seguimiento, la tasa de disminución era mucho más lenta -en 0,05 unidades estándar al año- entre las personas que comían más verde.
A pesar de estos buenos resultados, Morris advierte que se trata de un estudio de asociación: es decir, el nexo no es causal o al menos no se ha demostrado este extremo. Así, será necesaria más investigación al respecto pero, entre tanto, más vale comer vegetales que no hacerlo: estos hallazgos se suman a todo un listado de ellos sobre el beneficio de optar por más fruta y verdura que otros componentes de la dieta.