Durante las vacaciones navideñas no serán pocos los que volverán al día a día cotidiano del mundo estudiantil o laboral con algún que otro kilo de más. Y es que, cuando hay abundancia, el ser humano parece no saber medir las porciones. Sin embargo, el cuerpo humano sí sabe cuál es el peso ideal de cada uno, y tiene mecanismos propios para equilibrar la balanza, o al menos intentarlo.
Eso sugiere un nuevo trabajo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, en el cual se afirma que existe una 'báscula interna' en el organismo que detecta cuál es el peso del individuo, y regular así la masa grasa como respuesta. Al menos, en roedores, donde se ha investigado este hallazgo. Aunque los investigadores tienen esperanzas de que sus hallazgos se mantengan en humanos, algo que podría ayudar a elaborar nuevos tratamientos contra la obesidad y a entender mejor por qué se produce el aumento de peso en algunos individuos.
Según John-Olov Jansson, profesor de neurociencia de la Universidad de Gotemburgo -Suecia- e investigador principal del trabajo, "el peso del cuerpo se registra en las extremidades inferiores y, si tiende a aumentar, se envía una señal al cerebro con el objetivo de disminuir la ingesta de alimentos para mantener constante el peso corporal"
Para llegar a tal conclusión, Jansson y sus colegas implantaron cápsulas en el abdomen de ratas y ratones con obesidad; la mitad de los ratones poseían cápsulas "pesadas" equivalentes al 15% de su peso corporal, mientras que el otro grupo poseía cápsulas vacías en sus estómagos.
Tras dos semanas de seguimiento, los roedores de los dos grupos poseían aproximadamente el mismo peso corporal total -incluyendo los implantes-, lo cual sugeriría según los investigadores que aquellos roedores con cápsulas pesadas habrían perdido más o menos un 80% del total en forma de grasa. De hecho, en las necropsias de los animales, las ratas que poseían las cápsulas pesadas tenían menos masa grasa blanca que sus compañeros sin peso en las cápsulas.
Posteriormente, con el objetivo de saber por qué los roedores con cápsulas pesadas habían adelgazado, los investigadores realizaron una serie de pruebas complementarias, demostrando que efectivamente los roedores con dichas cápsulas no poseían más grasa parda o grasa marrón, ni habían aumentado su gasto energético. Sin embargo, estos animales simplemente habían comido menos. Posteriormente, como comparación, se calculo la cantidad total de comida consumida con estos roedores y se les dio lo mismo al grupo control, logrando la misma pérdida de peso a largo plazo.
Asimismo, cuando se retiraron las cápsulas pesadas, los ratones volvieron a aumentar su peso corporal en forma de masa grasa -y no en forma de masa muscular-, algo que indicaría que esta 'báscula interna' funciona igual en ambas direcciones.
Dónde está la báscula interna
Según los investigadores, este sensor de peso interno no se encontraría ni en la grasa marrón ni en las hormonas estimulantes del apetito, sino en los osteocitos o células de los huesos que soportan el peso. Aunque la forma real en la cual funcionan estas células y cómo miden el peso aún es desconocida.
Por otro lado, esto explicaría por qué aquellos individuos que pasan más tiempo sentados -sedentarios- tienen un mayor riesgo de aumento de peso, diabetes, enfermedad cardiovascular y muerte prematura según los investigadores: mantenerse de pie mejora el funcionamiento del sensor, ya que se encuentra en las células óseas de los huesos largos de las piernas, aquellos huesos que más peso soportan.
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