El paracetamol es uno de los cinco medicamentos más consumidos en España, a pesar de que no todos saben cómo y cuándo tomarlo. Es un fármaco que gusta a hombres y mujeres, e incluso a los niños -el famoso apiretal es un gran amigo de padres en apuros-, pero que no está exento de efectos secundarios pero, hasta ahora, no se había dicho nada de que fuera más peligroso para mujeres -salvo las embarazadas- que para hombres.
Un estudio publicado en Clinical gastroenterology and hepatology apunta precisamente en esta dirección y demuestra que el conocido medicamento es más perjudicial para las féminas que para los varones. En concreto, lo es uno de sus más graves efectos secundarios: el daño hepático agudo.
Las mujeres que toman este fármaco son también más proclives a requerir de ingreso en cuidados intensivos y también tienen más riesgo de encefalopatía hepática, según el mismo estudio, que analizó a 250 pacientes con daño hepático agudo (ALI, de sus siglas en inglés) y 912 con fallo hepático agudo (ALF) inducidos por el consumo de paracetamol.
Los datos se obtuvieron del Grupo de Estudio de Fallo Hepático Agudo entre el 1 de enero de 2000 y el 27 de septiembre de 2016, por lo que se trata de un estudio de una magnitud importante.
Ese mismo grupo ya había observado que estas dos enfermedades hepáticas son más frecuentes en mujeres, pero hasta ahora no se sabía el porqué. "Las razones de este incremento de la prevalencia y gravedad de este efecto secundario en mujeres no están claras, pero pueden deberse a un mayor uso de fármacos hepatotóxicos en mujeres y a un diferente metabolismo del medicamento por sexo", escribe la autora principal del estudio, Jessica B. Rubin, médica de la Universidad de California en San Francisco (UCSF).
Aunque el análisis no permite establecer una explicación clara, sí que se reconoce que el paracetamol sienta peor al hígado de las mujeres y apunta a algunos datos de interés para futuros estudios.
Por ejemplo, las mujeres con ALF inducido por paracetamol eran más proclives a presentar una enfermedad psiquiátrica que los hombres y tomaban más fármacos para este tipo de dolencias (lo hacía el 42% de ellas frente al 25% de los varones afectados). Por su parte, era más común el uso de drogas intravenosas en hombres que en mujeres y también en los primeros el consumo elevado de alcohol era habitual(un 39% frente al 19% de las mujeres).
Radiografía del consumo
También el análisis puso de manifiesto que muchas personas -de ambos sexos- que toman paracetamol en exceso lo hacen voluntariamente. De hecho, era el caso del 53% de pacientes con ALF y ALI inducidas por el fármaco. Un 40% de estos lo habían consumido en un intento de suicidio.
Entre los que lo consumían por motivos terapéuticos, un 77% lo habían empezado a tomar por su cuenta y un 23% por recomendación de su médico, porcentajes que eran similares en hombres que en mujeres.
Del 15% de participantes que indicaron un motivo para el uso del medicamento, el 42% se refirió al dolor crónico y el 28% al agudo, datos que tampoco variaban por sexo.
Sin embargo, sí se notaron algunas diferencias de género más. Por ejemplo, en comparación con los hombres, las mujeres tenían más niveles de consumo al mismo tiempo de opioides, benzodiazepinas o difenhidramina.
También las complicaciones del daño hepático fueron peores en las mujeres: más sufrieron encefalopatía hepática y también más tuvieron que ser intubadas.
Para los autores de la investigación, su estudio tiene dos claras derivadas: la primera, que antes de recetar paracetamol a una mujer, su médico ha de asegurarse de los medicamentos que está tomando; la segunda, importante por la alta tasa de automedicación, que hay que estudiar más el metabolismo del fármaco por sexos y, quizás, reflejar las conclusiones en la etiqueta o el prospecto.
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