A día de hoy, la Enfermedad de Alzheimer no solo no tiene una cura efectiva, sino que los intentos por ralentizar la progresión de la enfermedad tampoco parecen estar dando los resultados esperados. Sin embargo, los estudios con el objetivo de paliar sus devastadores efectos continúan su curso.
Con dicho objetivo, un grupo de investigadores de la División de Neurología Cognitiva del Instituto Neurológico del Centro Médico Wexner (Ohio, EEUU) han desarrollado un implante cerebral similar a un marcapasos. El dispositivo podría frenar la disminución de diversas habilidades cerebrales y de la capacidad para la toma de decisiones, unos síntomas típicamente asociados al alzhéimer.
El estudio, publicado en el Journal of Alzheimer's Disease, fue realizado en tan solo 3 pacientes con Enfermedad de Alzheimer. En todos ellos se implantó un dispositivo de estimulación cerebral profunda (DBS) a nivel del lóbulo frontal, una zona cerebral relacionada con las funciones ejecutivas: planificación, resolución de problemas, atención y juicio. Este tipo de implante, también conocido como "marcapasos cerebral", es un aparato conectado a una batería capaz de producir artificialmente impulsos eléctricos sobre el cerebro.
El seguimiento consistió en realizar periódicamente a los pacientes pruebas destinadas a medir sus funciones cognitivas y ejecutivas, así como su capacidad para realizar actividades durante su vida diaria. Se compararon, asimismo, con otros 100 pacientes diagnosticados con la enfermedad de su misma edad y un nivel similar de deterioro cognitivo, los cuales no recibieron tratamiento con implantes cerebrales en ningún momento.
En dos de los tres pacientes se constató una mejora significativa de sus habilidades cerebrales; en el tercer paciente, aunque hubo cierta mejora en sus actividades diarias, no fue tan importante.
Según los autores del estudio, este sería el primer trabajo que habría usado la estimulación cerebral profunda para mejorar los síntomas del alzheimer relacionados con las funciones ejecutivas en lugar de centrarse en la pérdida de memoria, ya que en estudios previos sí se han usado implantes DBS con el objetivo de mejorar dicha función memorística.
Según el Dr. Douglas Scharre, co-autor del estudio, restablecer la capacidad para el juicio, la toma de decisiones o la capacidad de concentración y atención también es necesario en este tipo de pacientes con el objetivo de mejorar su calidad de vida, tanto a nivel de poder elegir por sí mismos qué quieren comer, por ejemplo, como para mejorar sus interacciones sociales en general.
Las dificultades de un estudio pequeño
Los autores del estudio son conscientes de que se trata de un trabajo con muy pocos participantes, por lo que sería necesario repetirlo con un grupo mucho mayor. En anteriores ocasiones ya se ha usado este tratamiento con enfermedades neurológicas o mentales como el párkinson, el temblor esencial, la depresión o el trastorno obsesivo-compulsivo. Incluso en enfermedades no-neurológicas, como la obesidad, este tipo de implantes ha demostrado cierto éxito.
Actualmente, los investigadores responsables de este trabajo no han podido aclarar cómo un implante DBS puede mejorar las funciones ejecutivas de los pacientes con alzhéimer, pero su hipótesis es que los estímulos cerebrales pueden ayudar a bloquear las señales que interfieren con las funciones normales del cerebro, o simplemente ayudar a que las células cerebrales funcionen mejor.
En el futuro, los investigadores esperan poder desarrollar métodos no quirúrgicos y menos invasivos que el uso de estos implantes cerebrales. Aunque, por otro lado, opinan que este tratamiento tan solo sería "una pequeña parte del rompecabezas" en el tratamiento total requerido en un paciente con alzhéimer.
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