La oncóloga Ruth Vera asumió en octubre la presidencia del organismo que agrupa a la gran mayoría de especialistas en cáncer en España, la Sociedad Española de Oncología Médica. No llegó al cargo sin entrenamiento: llevaba dos años siendo vicepresidenta como segunda de Miguel Martín, jefe de Oncología Médica en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón y presidente del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM).
El currículum de Vera, que celebra este domingo su primer Día Mundial contra el cáncer como líder de la SEOM, es muy completo. Además de jefa de servicio de Oncología Médica del Complejo Hospitalario de Navarra, es coordinadora de investigación del centro y responsable de la Estrategia del Cáncer en Navarra, una comunidad autónoma que tiene motivos para presumir en su manejo de la enfermedad, tanto por sus programas de diagnóstico precoz como por ser una de las pocas que cuenta con un registro de tumores.
Aunque Vera tiende a la corrección política y se confiesa "muy optimista", no duda en señalar algunas de las debilidades del cáncer en España, sobre todo las relativas a la falta de equidad. Aunque después lo matiza, su primera respuesta es clara: una persona con cáncer puede no tener las mismas posibilidades si es diagnosticada en una u otra comunidad autónoma. Eso sí, tiene toda la intención de acabar con esa falta de equidad.
Del 1 al 10, ¿cómo evaluaría el conocimiento que se tiene sobre el cáncer en la actualidad?
Yo le pondría un 7 o un 8. Estamos por encima del aprobado, aunque no como para decir que hemos llegado. En los últimos años se ha avanzado y se conoce muchísimo más sobre la enfermedad, no estamos en un suspenso como hace diez o veinte años. Eso sí, reconozco que yo soy muy optimista, depende de quien te lo diga.
En este Día Mundial de la lucha contra el cáncer, la SEOM ha optado por resaltar el mensaje de que un 40% de los casos de cáncer son evitables con hábitos de vida saludables, pero todo el mundo conoce casos de personas que los siguen y aun así enferman y también está el estudio del año pasado que afirma que dos tercios de los casos son atribuibles a la "mala suerte". ¿Se puede hacer algo para evitar del todo al cáncer?
Hacerlo todo bien no te libra del cáncer, puedes no fumar, hacer deporte y tener un cáncer, si tuviéramos la certeza absoluta… Hay un componente en nuestras células, genes que hacen que puedan aparecer ciertas mutaciones. Lo que sí que es verdad es que podemos activar esas mutaciones en función de lo que hagamos. Aunque no podamos evitarlo del todo, las probabilidades de tenerlo aumentan muchísimo si no se siguen esos hábitos. El caso más claro es el del cáncer de pulmón; de cada casos, nueve fuman. Lo importante es que más de un tercio del cáncer se puede evitar y está en nuestra mano hacerlo.
Usted preside el organismo que agrupa a oncólogos de todo el país. ¿Se puede decir que hay equidad en el tratamiento del cáncer? ¿Una persona diagnosticada en una comunidad autónoma tiene las mismas posibilidades que otra que lo ha hecho una diferente?
Yo creo que no tiene las mismas posibilidades, creo que hay diferencias en el acceso a medicamentos, inherentes a nuestro sistema nacional de salud. Tenemos 17 comunidades autónomas, donde las competencias están transferidas. Y al final cada comunidad autónoma prioriza y decide dónde invierte, donde gasta más. El acceso es diferente, eso es un hecho, y no sólo a fármacos, sino también a diagnóstico molecular. Lo que no tenemos datos es de resultados en salud, que sería muy interesante. Tendríamos que avanzar un poco más allá y lo que sería ideal sería poder tener datos de resultados en salud de los diferentes sitios.
¿Y van a hacer algo para conseguirlos?
Hoy por hoy yo creo que no tenemos medios. Nos gustaría a todos, es uno de los temas que en el futuro queremos abordar, uno de los retos de SEOM, poder trabajar en cómo tener estos datos. Tenemos registros poblacionales pero no en todas las comunidades, no a nivel nacional, aunque eso sí que se está peleando, se está pidiendo; tenemos datos de hospitalización, pero nos falta información y es uno de los retos, para tener indicadores en diferentes tumores para luego podernos comparar.
¿Y no es un poco intranquilizadora esa inequidad de acceso a tratamientos y pruebas, aunque no se sepa si eso influye en la mortalidad u otros indicadores en salud?
Al final el tratamiento no es tan distinto, porque todos trabajamos bajo evidencia científica. Hay que dar un mensaje de tranquilidad a la población, no hacemos cada uno lo que nos da la gana, somos muy exigentes con la evidencia científica. Todos los especialistas abordamos tanto el diagnóstico como el tratamiento basándonos en evidencia científica, en forma de guías de practica clínica, de protocolos. Lo que sí es diferente es el acceso, no tanto en última estancia, pero puede haber diferentes tiempos, porque una vez que se ha aprobado un fármaco por el ministerio se le pone precio y empieza a activarse en las diferentes comunidades autónomas, con lo cual no van todas al mismo tiempo, una puede tener un fármaco aprobado y en cartera de servicios y con precio en dos meses y otra lo puede tener en siete. El diagnóstico de biomarcadores es diferente, porque en este momento en la mayoría de los hospitales lo está soportando la industria farmacéutica. Es otro de los grandes retos y de los grandes puntos clave que tendría la estrategia en medicina de precisión que está desarrollando la SEOM y sobre la que ya hay una ponencia en el Senado. Estamos muy contentos como sociedad científica de que este tema ya se esté abordando, porque esto podría disminuir todas estas diferencias de acceso tanto en fármacos como en determinaciones moleculares.
En una entrevista con EL ESPAÑOL su predecesor Miguel Martín dijo que le parecía "una aberración" tratar un cáncer grave en un hospital pequeño. ¿Está de acuerdo con esa afirmación?
Yo creo que es muy importante abordar el manejo de un paciente con cáncer en el seno de un comité multidisciplinar. De hecho, la SEOM acaba de sacar una declaración en este sentido a la que se puede adherir cualquiera. Me da igual que el hospital sea grande o pequeño, pero siempre en el seno de un comité. Hay hospitales pequeños que pueden incorporarse a comités de hospitales más grandes y trabajar con ellos en red; tenemos tecnología que lo facilita. Es un abordaje que no puede ser sólo de una persona. Lo ideal es el comité de tumores y está demostrado su impacto en la supervivencia. De esta forma, el paciente es el centro y no el médico, que es algo que hay que ir cambiando porque hemos vivido una medicina muy centrada en el profesional.
A la hora de escoger un hospital para tratarse un cáncer, a algunas personas se les presenta la duda de si optar por la medicina pública o la privada, ¿tienen usted algún consejo en este sentido?
Yo no hablaría de medicina privada o publica. Hay hospitales privados muy buenos y otros que no y lo mismo sucede con los públicos. Hay muchos privados con un alto nivel de complejidad y que abordan el cáncer de una forma multidisciplinar Si se cumplen los requisitos, bienvenidos sean.
Pero en algunos de estos centros privados a la hora de recibir los tratamientos más innovadores pueden poner problemas...
Más que los hospitales privados, yo hablaría de compañías de seguros, y sí que nos encontramos con aseguradoras que no cubren los fármacos orales. Lo sabemos porque nos vienen a los hospitales públicos y nos dicen que les están cubriendo todo excepto un fármaco por el simple hecho de ser oral. En cualquier caso, son cosas particulares. Mi recomendación es que si alguien tiene seguro médico, revise bien la letra pequeña porque si tiene un cáncer lo mismo se encuentran con este tipo de sorpresas.
La Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO) acaba de nombrar la terapia génica con células CAR-T como el avance del año en la especialidad. ¿Está de acuerdo?
Sí, sin duda. Es una de las cosas más innovadoras que hemos tenido en los últimos años, aunque la aprobación está más dirigida a tumores hematológicos que sólidos. Pero esa es sólo la primera indicación, en este momento ya se está probando en tumores sólidos. Se trata de un gran avance porque con un tratamiento único puedes curar la enfermedad, eso sí, con un coste elevadísimo.
Esto es algo común a muchos fármacos innovadores en oncología. ¿Vamos a tener un problema para poder pagarlos?
Tenemos un problema con el coste de los fármacos, para conseguir un acceso universal a todos los pacientes; es uno de los restos más importantes de SEOM, tenemos que innovar en nuevas formas de financiación, algo que también ha de ser multidisciplinar entre Administración, industria farmacéutica, profesionales tanto médicos como farmacéuticos, especialistas en derecho sanitario... tenemos que innovar, tenemos que cambiar las fórmulas de acceso de pago de precios. Hay que incorporar nuevas mediciones para la aprobación de fármacos, y ya hay modelos que se están poniendo en marcha de riesgo compartido para un pago conjunto entre la industria farmacéutica y la Administración o pago por valor del fármaco, según el valor que aporte o por indicación. Es un debate abierto.
Por este Día Mundial de la lucha contra el cáncer se ha hecho público que la supervivencia global del cáncer a los cinco años es de un 53%, ¿no es poco?
Bueno, esto es como ver el vaso medio lleno o medio vacío. Yo digo que qué bien que lleguemos a más de un 50% y luego mi padre me dice que es un dato terrorífico [ríe]. Hay que tener en cuenta que tenemos muchísimos pacientes con estadios precoces con más de un 90% de curación, pero también están los que tienen medianas de supervivencia de seis meses. Por eso lo vemos más positivo. Hemos pasado la barrera del 50%, hay que tener esperanza de que aumentaremos aún más.
Pero hay tumores que están estancados.
Sí, ocurre por ejemplo con el de páncreas. Cuando ves las curvas de supervivencia, van subiendo prácticamente en todos los tumores y realmente el de páncreas es una línea casi horizontal y todavía la incidencia y mortalidad es casi igual. Es un tumor que es un reto para el mundo de la investigación, muy complicado. Pero yo creo que el gran reto es diagnosticar los tumores lo antes posible. Lo ideal es la prevención primaria, no tenerlos, pero lo siguiente es desarrollar métodos de diagnóstico lo más precoz posible. Hace días se público en Science que se ha desarrollado un análisis de sangre que detecta hasta ocho tipos de cáncer. Esa publicación es un soplo de aire fresco en la oncología. Si tuviera que pedir algún deseo sería poder diagnosticar de forma muy precoz la enfermedad con un método muy poco invasivo como un análisis. La mayoría de los tumores con el diagnóstico en estadios muy precoces se curan.
Precisamente por la baja supervivencia de algunos tipos de cáncer, la oncología se convierte en caldo de cultivo para las pseudociencias. Hace poco se celebró un congreso en Barcelona en el que se dijeron todo tipo de barbaridades en este sentido. ¿Qué opina la SEOM al respecto?
Nos preocupa mucho, estamos absolutamente en contra. Nos preocupa que puedan engañar a la población en unos momentos de mucha vulnerabilidad. Porque yo he visto a gente con alto nivel de educación y con estudios caer en eso. No estamos hablando de que esto llega por tener bajo nivel cultural, sino todo lo contrario. En un momento de máxima vulnerabilidad en el que te dicen que tienes un cáncer y que te vas a morir, dices "¿y por qué no?, si no pierdo nada ¿por qué no voy a probar esto?". El paciente necesita psicológicamente poder hacer algo él y esto te lo dicen muchas veces en la consulta. Te comentan: "Pero, ¿qué hago, me siento y espero a que me pongan las quimios y a ver qué pasa ? . Yo quiero hacer algo". Esto lo utiliza este tipo de pseudociencias porque se centran en el tú, como lo vives tú, como lo afrontas tú y en el mensaje de que tú puedes ir contra él. Utilizan esa vivencia que vemos con los pacientes. Han captado eso y lo manipula. Y es dramático. Hemos tenido un caso,hace un par de semanas en el servicio, otra compañera que trataba a una mujer de cincuenta y pocos años con un cáncer. Después de explicarle todo, ha decidido no tratarse y seguir no sé qué tipo de terapia. Al final a muchos de estos te los encuentras que tienen que volver al hospital a ingresar porque cuando llega el final están solos, nos hemos encontrado varios casos que desaparecen varios meses, un año, pero cuando llega la hora de la verdad necesitan volver al centro hospitalario, volver a la medicación para el tratamiento del dolor, para nutrición, para manejo de síntomas y la mayoría vuelven al hospital.
¿Y no se puede hacer algo para que se castigue penalmente a los embaucadores?
Como sociedad científica no podemos hacer ninguna denuncia; nosotros podemos informar, recomendar, basarnos en evidencia científica, pero entrar ya en temas de leyes y penalizar no es un área de nuestra competencia.