Aunque el simple hecho de hablar de implantes cerebrales puede sonar a un mundo futurista o cinematográfico, actualmente ya existen algunos de estos dispositivos capaces de realizar proezas tales como volver a movilizar miembros, e incluso ayudar a caminar a individuos paralizados.
Sin embargo, estas no son todas las utilidades de estos dispositivos, ya que existen muchas otras, como el caso de una mujer eslovena que poseía un implante cerebral conectado a un dispositivo que generaba impulsos eléctricos continuos con el objetivo de controlar los espasmos dolorosos que sufría en el cuello. Por desgracia, cuando un rayo cayó sobre el edificio donde vivía esta mujer, su implante cerebral dejó de funcionar: tras el paso de una hora tras la caída del rayo, los espasmos musculares volvieron. Al día siguiente su médico le confirmó que su implante cerebral se había apagado a raíz de la caída del rayo.
Ahora, un nuevo estudio publicado recientemente en el Journal of Neurosurgery ha dado la voz de alarma entre médicos y fabricantes de implantes cerebrales capaces de llevar a cabo estimulación cerebral profunda: los poseedores de estos implantes deben evitar los rayos, pues una caída cercana de un rayo puede inutilizar completamente sus dispositivos.
Aunque lograr 'curar' las parálisis musculares, devolver la capacidad de caminar a los individuos parapléjicos o mejorar los espasmos musculares son algunas de las capacidades de estos dispositivos implantables, la estimulación cerebral profunda -DBS en sus siglas inglesas- es capaz de mejorar muchas otras enfermedades, como son la enfermedad de Parkinson o trastornos neuropsiquiátricos como la depresión, la epilepsia, el Alzheimer e incluso la drogadicción.
Por ello, el caso de esta mujer eslovena puede que no sea puntual, aunque por suerte su dispositivo no sufrió daños de forma directa; simplemente dejó de funcionar. Sin embargo, si hubiera estado recargando el dispositivo en el momento de la tormenta eléctrica, probablemente sí habría sufrido daños tanto el dispositivo cerebral implantable como su dueña.
Este tipo de aparatos suelen poseer un sistema dividido en dos partes: una batería con una antena y un cable de alimentación. Para recargar el dispositivo, el paciente conecta un extremo del cable de alimentación a un enchufe en la pared y el otro extremo a la batería del dispositivo; una vez recargado, la antena de coloca sobre la piel del paciente. Por ello, haber estado recargando el dispositivo durante la caída del rayo podría haber destruido la batería del mismo.
De hecho, las cosas pueden ser incluso peores, ya que existe la posibilidad de cargar simultáneamente tanto la batería del dispositivo como el implante cerebral a la vez, sosteniendo la antena contra la piel del paciente mientras se recargan ambos. Si esto sucede durante la caída de un rayo, los investigadores responsables del nuevo trabajo sugieren que las consecuencias podrían ser mucho peores que simplemente perder una batería.
Por ello, las sugerencias para pacientes con implantes cerebrales incluyendo no cargar los dispositivos durante una tormenta eléctrica, usar protectores contra subidas de tensión y consultar inmediatamente a un médico si se sospecha que el dispositivo no funciona correctamente.