En julio de 2015, los periódicos británicos se hacían eco de la trágica muerte de la adolescente Georgia Littlewood, una joven del pueblo de Huddersfield que una mañana llamó a la peluquería donde trabajaba porque tenía dolor de estómago, unas molestias que decidió aliviar con un fármaco que todos tenemos en nuestro botiquín, el paracetamol.
El problema vino cuando Georgia, que tenía 17 años, decidió tomarse todas aquellas pastillas que consideró necesario para acabar con un dolor que no cesaba. Aunque se dio cuenta de que el fármaco no le había sentado bien, la niña no se preocupó. Al fin y al cabo, ¿qué problema podría dar un fármaco tan consumido?
La adolescente acudió a pasar su malestar a casa de su novio y, cuando se empezó a encontrar mal, fue éste el que la llevó al hospital, donde confirmaron la presencia en su sangre de tres veces más del límite permitido de este medicamento. Esa sobredosis le produjo un fallo hepático que acabó con su vida al día siguiente y que hizo a la familia quejarse sobre la facilidad con la que su hija había podido adquirir paracetamol sin ningún tipo de límite.
Aunque es imposible saberlo con certeza, si Georgia hubiera leído el prospecto del fármaco podría haber salvado su vida. Allí se especifica qué dosis es la máxima permitida y cuáles son los síntomas de una sobredosis, así como qué hacer si ésta se produce.
Pero la lectura de prospectos no es un hábito habitual, sobre todo cuando los fármacos son de consumo frecuente. Es sin duda el caso del paracetamol, segundo fármaco más vendido en España, del que se facturaron en 2015 34,4 millones de envases. Aquí, un resumen de su manual de instrucciones para los más despistados.
Indicaciones
El paracetamol pertenece al grupo de medicamentos denominados analgésicos y antipiréticos. Esto ya permite hacerse una idea clara de sus indicaciones, principalmente dos: el tratamiento sintomático del dolor de intensidad leve o moderada y los estados febriles. Como ejemplos, el prospecto detalla el dolor muscular o de espalda, el de cabeza, el dental o el menstrual, así como el tratamiento de los síntomas del resfriado y la gripe.
Cuando no tomarlo
A la hora de optar por uno u otro medicamento, no sólo hay que tener en cuenta las indicaciones para consumirlo, sino también las pautas para no hacerlo. Huelga decir que se ha de evitar si se es alérgico o hipersensible al paracetamol o de los demás componentes del medicamento. Ah, pero, ¿tiene más cosas? Sí, y se pueden leer en el prospecto. Por si acaso, aquí están: povidona, almidón de maíz pregelatinizado y ácido esteárico.
Cosas con las que hay que tener cuidado
Como se contaba al inicio de este artículo, es importante no superar la dosis de paracetamol. Dependiendo de las formulaciones, los límites establecidos oscilan entre los tres y los cuatro gramos en 24 horas. Esto no quiere decir que haya que consumir esta cantidad alegremente, sino que nunca se debe superar la misma. Parece un consejo fácil, pero hay algo que se debe tener en cuenta. Puesto que el fármaco tiene distintas formulaciones y dosis, éstas se suman y, si se combinan, se ha de tener en cuenta en el cómputo final.
Pero, además, hay que informar al médico si tienes problemas de riñón, hígado -incluidos los relacionados con el consumo de alcohol-, si tienes el síndrome de Gilbert -una ictericia leve-, anemia hemolítica -un descenso anormal de los glóbulos rojos-, si eres asmático y sensible a la aspirina, si padeces deshidratación y malnutrición crónica o si padeces una deficiencia en la enzima glucosa-6-fosfato-deshidrogenasa.
¿Y los niños y adolescentes?
La mayoría de las presentaciones de paracetamol para adultos superar los 400 mg, por lo que están prohibidas en niños menores de seis años. Para los más pequeños, hay formulaciones infantiles de 100 mg pero, incluso en éstas, se recomienda su administración a menores de tres años. La más conocida es el apiretal. A partir de los 15 años, es más normal que ya se prescriban las presentaciones de adultos, aunque la dosis máxima no debe superar los 2,6 gramos al día.
Uso con otros medicamentos
En general, los prospectos consultados advierten que hay que consultar con el médico si se va a tomar paracetamol con cualquier otro medicamento. Algunos incluyen, incluso, las plantas medicinales y los adquiridos sin receta. Siendo realistas, es difícil que un paciente ordinario haga esto, pero más vale saber con qué fármacos concretos sí interacciona el consumidísimo paracetamol -aunque no todas las presentaciones lo hacen con todos ellos-. Estos son: el antibiótico cloranfenicol, los anticoagulantes -como el conocido Sintrom-, los antiepilépticos, algunos anticonceptivos, los diuréticos, la isoniazida, la lamotrigina, el probenecid -para la gota-, el propanolol, la rifampicina, los anticolinérgicos, la zidovudina y la colestiramida. En general, y como consejo general, es bueno comentar con el farmacéutico cualquier otro medicamento que se esté tomando, quizás sea más realista que decir que se haga con el médico y más sencillo que leer de una vez el prospecto.
Si vas a hacerte análisis
Pero, ¿cómo? ¿si me duele la cabeza antes de la analítica de turno no me puedo tomar mi habitual paracetamol? Esta pregunta no te la harías si hubieras leído el prospecto, porque la respuesta es meridianamente claro. El medicamento puede alterar los resultados de dichas pruebas y, en concreto, de ácido úrico y glucosa. Recomendación: avisad al médico si se está consumiendo el medicamento.
Si estás embarazada
Aunque no es de los llamados medicamentos teratógenos -los que causan malformaciones en el feto- no es recomendable tomar paracetamol en el primer trimestre del embarazo. El resto de la gestación es, teóricamente, posible consumirlo, pero un estudio español publicado en 2016 lo relacionó con mayor riesgo de TDAH y autismo en los futuros bebés. En cualquier caso, se recomienda siempre aplicar el principio de precaución que, en este caso, no es otra cosa que consultar con el ginecólogo. La duda se resolverá en apenas unos minutos.
¿Y si se te va la mano?
A pesar de leer el prospecto o saber las dosis recomendadas, siempre puede haber errores. Una pastilla olvidada, un comprimido que no está en su caja... así, es importante saber qué hacer si uno se ha pasado de la dosis. Es importante consultar inmediatamente con un médico o farmacéutico o llamar al Servicio de Información Toxicológica, cuyo número es 915620420. Si se confirma que se te ha ido la mano, he aquí lo que te espera: un lavado de estómago y una aspiración. La buena noticia es que existe un antídoto específico para la toxicidad del paracetamol. Se llama N-acetilcisteína y cualquier médico sabe de su existencia.
Efectos adversos
Como en todos los prospectos, en el del paracetamol hay un amplio listado de efectos adversos, que incluyen el malestar, la bajada de tensión, el aumento de los niveles de transaminasas en sangre, la presencia de orina turbia, la aparición de una dermatitis alérgica, de ictericia o una bajada de azúcar.