Cuando una mujer es diagnosticada con cáncer de mama, sabe que le espera un camino largo pero que, salvo no tan escasas excepciones, acabará con un final feliz. La senda que comienza incluye cirugía para extirpar el tumor, radioterapia y quimioterapia antes o después de la operación.
En la algunos casos, además, tendrán que seguir tratamiento hormonal, una pastilla que les acompañarán como mínimo cinco años después del diagnóstico.
Un estudio presentado este domingo en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Oncología Médica (ASCO) ha arrojado una buena noticia para algunas de estas pacientes, en concreto para el 70% de las que sufren el cáncer de mama de mejor pronóstico: hormonodependiente, sin afectación ganglionar y negativo a la proteína HER-2.
El trabajo ha demostrado que en ese porcentaje de pacientes la quimioterapia no tiene sentido, y no lo tiene por una sencilla razón: no viven más por someterse al tratamiento. Para saber quiénes de estas mujeres deben o no pasar por las sesiones de quimio -y la caída de cabello, entre otros efectos secundarios- se utiliza ya una herramienta, los llamados test de diagnóstico molecular, de los que existen varios tipos, aunque los más utilizados son Mammaprint y Oncotype DX.
Aunque estas pruebas están muy implantadas en todos los países desarrollados -también en España- había ciertas dudas sobre su utilidad en algunas pacientes. Las mujeres que se sometían a este examen de la actividad de 21 genes en su tumor obtenían los resultados que las englobaban en tres grupos de riesgo de recurrencia: bajo (con una puntuación de 0 a 10 sobre 100), medio (entre 10 y 25) y alto (más de 25).
No había dudas con respecto a los dos extremos. Si se tenía riesgo bajo, aplicar quimio no tenía sentido y las pacientes debían de seguir sólo tratamiento hormonal; si el riesgo era elevado no tratarse con quimio, además de la hormonoterapia, era una completa imprudencia. Pero había dudas con respecto a qué hacer si el riesgo era medio.
Esas dudas las ha despejado el estudio TAILORx -con el test Oncotype DX- , que ha identificado de manera clara qué hacer en estos casos y ha librado de la quimio a miles de mujeres. "A efectos prácticos, este trabajo significa que miles de mujeres podrán evitar la quimioterapia, con sus efectos secundarios y seguir consiguiendo excelentes pronósticos a largo plazo", subrayó el experto de ASCO Harold Burstein.