Recientemente se ha celebrado el Congreso Europeo de Anestesiología, también conocido como Euroanesthesia, en Copenhague (Dinamarca), en el cual se han presentado múltiples estudios a cada cual más llamativo. Entre ellos, un nuevo trabajo a cargo del doctor Aurore Marcou y colegas del Institut Curie en París (Francia), en el cual se asegura que la combinación de hipnosis, sedación consciente y anestesia local sería una alternativa viable a la típica anestesia general. Es lo que los autores denominan hipnosedación, lo cual no debe confundirse con los fármacos hipnosedantes como tal.
En la hipnosedación no se prescinde del uso de fármacos, sino que estos tienen un efecto menos potente que una anestesia convencional. En este caso se usarían fármacos relajantes que no alterarían la consciencia del paciente, algo que ya se suele hacer en determinadas técnicas no quirúrgicas en la actualidad, como es el caso de las gastroscopias y colonoscopias. En tales casos se usan fármacos hipnosedantes, o como las benzodiazepinas o los barbitúricos, o fármacos con un simple poder de relajación sin llegar a la sedación, los cuales también tendrían cabina en la hipnosedación, aunque no debe confundirse el nombre de la técnica general con el uso aislado de estos fármacos en particular.
En el caso de la hipnosedación habría una combinación de estos fármacos relajantes no-anestésicos, hipnosis y anestesia local con el objetivo de bloquear el dolor. En anteriores trabajos ya se había demostrado que esta combinación reduce la necesidad de usar medicaciones más potentes, y por tanto los efectos adversos de las mismas, acelerando así la recuperación tras la operación en comparación a una anestesia general donde un paciente queda totalmente inconsciente.
Para demostrar esta efectividad, los autores recogieron datos de 150 pacientes diagnosticados de cáncer que fueron tratados en el Institut Curie entre 2011 y 2017, y cuyas operaciones se realizaron bajo hipnosis. Se llevaron a cabo todos los procesos de seguridad convencionales y la monitorización, pero no se usó ningún tipo de medicación previa, ni fármacos hipnóticos o hipnosedantes.
Lo único que sí se utilizó fue un suministro continuo de remifentanilo, un fármaco opioide con propiedades analgésicas, con el objetivo de que los pacientes estuviesen cómodos y no sintiesen dolor. Así mismo, también se usaron los fármacos analgésicos convencionales además del opioide, como medidas preventivas, junto a la anestesia local o regional según la cirugía que se realizase. Los pacientes siempre permanecieron conscientes.
En qué procesos usar hipnosedación
Para el estudio, los procesos susceptibles de hipnosedación fueron las cirugías mamarias, siendo estas el 90% de los casos del estudio, incluyendo las mastectomías totales o extracción total de la mama. Además, se incluyeron otros procedimientos como cirugías ginecológicas, colonoscopias y cirugías plásticas superficiales.
De media, cada acto quirúrgico duró alrededor de una hora con apenas media hora de recuperación posterior en pacientes de una edad media de 60 años. En el 99% de los casos, la hipnosedación fue un éxito, dado que proporcionó las condiciones cómodas para el paciente y para el cirujano, tan sólo hubo dos casos donde la incomodidad de los pacientes obligó a aplicar la anestesia convencional rápidamente.
Por ello, los autores concluyen que la hipnosedación debería proponerse como una alternativa útil y efectiva a la anestesia convencional, siempre valorando previamente el tipo de cirugía y su duración, pero sobre todo centrándose en las cirugías mamarias incluyendo grandes cirugías como la mastectomía.