"Creemos que el alcohol está presente en todas las celebraciones y que forma parte de la tradición y la celebración en España". "Es imposible pensar en España sin pensar en vino y pensar en México sin pensar en Tequila". Estas frases, pronunciadas en la mañana de este martes por una portavoz de Diageo, la mayor productora de bebidas alcohólicas del mundo -fabricante del whisky Johnnie Walker o la cerveza Guinnes, entre otras conocidas marcas- no se escucharon en una convención de bebidas o en un evento comercial de algún producto espirituoso, sino en la biblioteca de la Asociación de la Prensa de Madrid, en el marco de un desayuno informativo para debatir "sobre el papel de los periodistas de salud en la educación del consumidor y en cómo asegurar un consumo moderado y responsable del alcohol".
El evento lo organizaba conjuntamente Diageo y la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) que facturó por el mismo 1.000 euros, la cantidad estándar para este tipo de actos y en él mismo se escucharon frases que, como mínimo, chocaban con la evidencia científica que asocia el consumo de cualquier cantidad de alcohol a distintas enfermedades como el cáncer.
Los ponentes eran la dietista escocesa Carrie Ruxton y el presidente de la Sociedad Dietética y Ciencias de la Alimentación, Antonio Villarino. La primera apeló a la necesidad de este tipo de eventos educativos porque "la mayoría de la gente bebe pero no sabe lo que bebe". "No hay alcohol seguro, sino prácticas seguras", apuntó en un momento de su charla.
Ante la pregunta de si no sería mejor que los periodistas divulgaran más los riesgos del alcohol que sus supuestos beneficios, Ruxton apeló a estudios epidemiológicos -que no referenció- que comparaban la salud de adventistas del séptimo día -una religión que prohíbe cualquier tipo de consumo de alcohol- y de consumidores moderados de alcohol. "No se encontraron diferencias, yo creo que se debe a los polifenoles", recalcó.
Ruxton explicó que si no hubiera un consumo seguro de alcohol, los Gobiernos no hablarían de ello y resaltó que este concepto "varía de país a país", una práctica que no considera idónea. Eso sí, la dietista dejó claro que "aunque hay beneficios" no hay que sugerir a nadie que no beba que comience a hacerlo.
Por su parte, Villarino comenzó su intervención reconociendo que el alcohol era una sustancia "anormal" y que podía tener "efectos devastadores", pero también citó trabajos que asocian el consumo de alcohol con propiedades beneficiosas, por ejemplo para los diabéticos tipo 2. "Son trabajos impactantes y discutibles", concedió.
El catedrático explicó que era importante "acabar con los mitos", como que el alcohol "mejora el rendimiento sexual" o que se puede beber más si se come. Aunque reconoció que "no se puede defender el consumo de alcohol", puntualizó que tampoco "se puede atacar su consumo moderado".