Lograr la excelencia en la asistencia sanitaria no es fácil. La prevención de crisis en el entorno hospitalario pasa por la concienciación y la rigurosidad de todos y cada uno de los agentes que integran su mecanismo. Rosa Gómez de Merodio, coordinadora de Calidad Hospitalaria del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, afirmaba: "El personal del hospital, a todos los niveles, tiene que estar perfectamente integrado en los protocolos y esta exigencia debe traducirse como una propuesta real en el plano gestor". Por ello, tal como recomienda el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), se debe hacer de este un tema prioritario en la política de gestión de las instituciones sanitarias.
Nos estamos quedando sin armas terapéuticas
La preocupación por la calidad en la asistencia hospitalaria fue el tema central del Foro organizado conjuntamente por EL ESPAÑOL y Clece: Limpieza y desinfección. Un valor imprescindible en la seguridad hospitalaria, en el que se plantearon las dificultades que el panorama actual presenta para la implantación de estrategias de prevención.
Fernando Usera Mena, jefe del Servicio de Protección Radiológica y Seguridad Biológica del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), afirmó que se está produciendo "una carrera entre la producción de vacunas y la evolución de las bacterias". Virginia Rodríguez Garrido, del Servei de Microbiología i Parasitología del Hospital Universitari Vall d´Hebron, se sumaba a esta preocupación: "Hoy en día existen microorganismos resistentes a absolutamente todos los antibióticos conocidos", y apuntó: "Nos estamos quedando sin armas terapéuticas".
Los microorganismos multirresistentes, o superbugs, son aquellos capaces de mutar su ADN generación tras generación adaptando su sistema celular a los medicamentos de uso común.
Precisamente el uso indiscriminado de medicamentos, según un estudio reciente del MIT (Massachussets Institute of Technology) y la Universidad de Harvard, tiene un efecto contraproducente en nuestro sistema inmune, siendo uno de los factores que reducen su eficacia. El riesgo aumenta exponencialmente cuando dichos microorganismos se encuentran en el entorno hospitalario. A pesar de ello, las distintas voces del debate coincidieron en que la investigación y el desarrollo de antibióticos sigue siendo nuestro principal adalid en la lucha contra esta clase de amenazas.
Miguel A. Herrera Úbeda, presidente de la Asociación Española de Hostelería Hospitalaria, afirmaba: "El problema de las bacterias es que no son como las cucarachas, no podemos verlas". Una afirmación que nos devolvía a la importancia de la prevención al añadir: "A veces es la propia instalación del quirófano la que promueve la proliferación de los virus". Esto demostraba que existen muchas áreas, no siempre evidentes, que hay que valorar a la hora de establecer estrategias eficaces de prevención de IRAS (Infecciones Relacionadas con la Asistencia Hospitalaria). Rosa Gómez de Merodio afirmaba a este respecto: "La cuestión no es tanto culturizar, sino desculturizar. Intentamos prevenir con grandes protocolos y profesionales, pero las fisuras están ahí: tenemos que formarnos todos".
Diego Álvarez-Ossorio, director de Proyectos I+D+i de Clece, lo tenía claro: "Muchas veces, los propios trabajadores sanitarios son vectores de las infecciones sanitarias", y añadía "En España no hemos buscado nuevas metodologías por falta de fondos o porque luego no íbamos a poder ofrecerlas a los pacientes". En este sentido, oponía el modelo norteamericano del cual afirmaba que su Administración Pública ha llegado a ofrecer primas a hospitales que demuestren con sus baremos que reducen de forma efectiva el número de pacientes infectados en su entorno.
En la misma línea, Fernando Usera lanzaba un llamamiento a la gestión institucional: "Es de sentido común que la prevención ahorra dinero, pero hay que pensar a largo plazo y superar el cortoplacismo de los cuatro años". Al que se sumaba Virginia Rodríguez: "Poco a poco, los que firman los cheques irán viendo que esto va en beneficio del paciente y que no tiene ningún sentido hacer unas instalaciones de última tecnología si luego no las mantienes" y concretaba "El mantenimiento es la limpieza y la desinfección".
El desarrollo de sinergias fue otro de los puntos clave del debate. La combinación de las formas tradicionales de descontaminación con las nuevas metodologías de desinfección de los entornos hospitalarios fue abordada por Álvarez-Ossorio: "En este sentido el progreso es muy lento, aunque es evidente que algo se ha avanzado". El director de I+D+i de Clece explicaba que ahora existen sistemas con los que clasificar el material de limpieza para evitar la contaminación entre distintas áreas; algo notable si tenemos en cuenta hace unos años aún se limpiaban los hospitales de la misma forma que los hogares.
Debemos cambiar la perspectiva
Aunque las transformaciones llevan su tiempo, los participantes del foro estuvieron de acuerdo en que la aplicación de determinados avances como la nanotecnología, constituyen pasos de gigante para el sector. No obstante, incidieron en la importancia de la concienciación. Fernando Usera, por ejemplo, manifestaba: "Muchas veces, tenemos una inercia en el uso de unos materiales que no son los más adecuados", y puntualizaba, "Debemos darle una vuelta que no tiene por qué suponer un aumento de presupuesto, la cuestión es cambiar la perspectiva".
Rosa Gómez de Merodio sintetizaba lo anterior: "La clave está en acercarnos al terreno de juego, partir del liderazgo de cada uno en su área y fomentar la comunicación transversal. Es la única forma de entroncar la rosca de la calidad".