Algunas de las diversas terapias existentes en la medicina alternativa son más populares que otras. Por ejemplo, a nivel "farmacológico", la homeopatía sigue siendo la terapia alternativa más popular, aunque poco a poco los gobiernos como es el caso de España han decidido ponerle coto por falta de evidencia.
Entre las terapias físicas, la osteopatía, muy popular en Estados Unidos pero no tanto en España, también goza de multitud de seguidores. Así mismo, la terapia con ventosas no se queda atrás. Habitualmente no suele tener mayores efectos secundarios que cierta susceptibilidad a producir hematomas circulares allá donde se ponen las copas, y no en todos los casos.
La terapia con ventosas o "cupping" se hizo viral en 2016 cuando Michael Phelps aseguró llevarla a cabo durante los Juegos Olímpicos, con las marcas visibles en su cuerpo al descubierto durante las competiciones. Recientemente, la recomendó para embarazadas el programa Corazón de La 1 de TVE en su sección de salud y cuidados, provocando la indignación de médicos y divulgadores en redes.
Sin embargo, un reciente caso publicado en JAMA Dermatology sugiere que el cupping puede llegar a producir estragos en el organismo humano. En este caso, según el informe, una mujer de California se quedó dormida tras aplicarse ella misma las ventosas. Cuando despertó, estaba llena de dolorosas ampollas.
Un grave efecto secundario
La mujer, de 60 años de edad, había sufrido una caída casual que le había dejado un dolor remanente en su hombro. Para intentar mejorar, decidió usar la mencionada terapia con ventosas, un tratamiento que teóricamente aumenta el flujo de sangre en el área donde se aplican estos dispositivos en forma de taza.
Esto, a su vez, reduciría la tensión muscular y la inflamación, promoviendo la curación de las lesiones musculares. Para obtener este efecto, se debe calentar previamente la taza por su zona interior, o usar una bomba de mano. Las copas deben colocarse durante 5 a 15 minutos como máximo.
Sin embargo, la mujer descrita en el caso bombeó a mano para aplicar las tazas en su cuerpo y se quedó dormida durante 30 minutos, momento en el cual notó enormes y dolorosas ampollas circulares en los lugares donde se había puesto las copas.
Según la Dra. Maria Wei, profesora de dermatología de la Universidad de California en San Francisco y coautora del caso, las ampollas se formaron porque la succión de las tazas acabó dañando la piel de la paciente: se produjo un vacío suficientemente potente para dividir las capas de la piel, dejando entrar líquido entre las mismas, y provocando ampollas.
Si la terapia se realiza correctamente, las ventosas no deberían llegar a estos límites, según la misma dermatóloga. El problema en este caso fue aplicar un efecto vacío sin supervisión durante demasiado tiempo. De haber respetado las limitaciones, el efecto secundario más común y conocido es el de producir hematomas en las zonas de succión causados por microrroturas de los vasos sanguíneos.
Sin embargo, y aunque muchos afirman haber obtenido beneficios de la misma terapia, actualmente la evidencia al respecto es escasa y falta de rigor, por lo que no se puede descartar que estos beneficios se deban a un simple efecto placebo. El tratamiento final para la protagonista del caso fue vaciar las ampollas y aplicar vaselina mediante un vendaje estéril.
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