Las madres y las abuelas suelen ser unas de las primeras fuentes de consejos con las que nos encontramos. ¿Quién nos quiere más que ellas? Y bajo esa premisa nos hemos quedado mirando la piscina con resignación durante dos horas después de comer para evitar el corte de digestión. Ese dichoso parraque al que todos temíamos pero que, al igual que al hombre del saco, nadie lo ha visto. Hoy ya sabemos que la hidrocución existe pero que no es tal y como nos la habían explicado.
Pues bien, otra premisa que todos hemos aceptado como verdadera durante muchos años es que el deporte por la tarde noche es malo. Siempre se ha pensado que la consecuencia inmediata que tiene la actividad física es, precisamente, que te activa. Por eso, muchos pensábamos que si íbamos al gimnasio antes de cenar luego estaríamos toda la noche mirando el techo. Pero, al parecer, se trata de otro caso parecido al mito del corte de digestión.
En la mayoría de las ocasiones, la gente que opta por realizar ejercicio físico durante las últimas horas de la tarde lo hacen en un intento de conciliar la vida laboral con un estilo de vida más saludable. Ahora pueden seguir haciéndolo con tranquilidad y sin plantearse poner el despertador con el canto del gallo y calzarse las zapatillas.
Actividad física y sueño, tan importantes como inseparables
Un reciente estudio publicado en la revista científica Sports Medicine ha llegado a la conclusión de que no existen suficientes evidencias para afirmar que el deporte perjudica a nuestro sueño. Esta noticia probablemente confirme las sospechas de unos y arruine la excusa para no ir al gimnasio a otros. Porque sí, el deporte parece que otorga beneficios a todas las horas del día, incluso después de una dura jornada en la oficina.
El sueño es un proceso fundamental para que el cuerpo se recupere. De esta manera, durante el tiempo que pasamos dormidos se producen procesos de mantenimiento molecular y energético. Además, dormir es necesario para consolidar la memoria y los nuevos conocimientos aprendidos. En contra de todos estos beneficios, la privación del sueño y el insomnio están aparejados a dolencias de todo tipo e, incluso, reducen la esperanza de vida.
A pesar de la gran importancia que tiene el sueño para nuestra salud, entre el 30 y el 48 por ciento de la población padece insomnio. El tratamiento que normalmente se establece a estas personas es la medicación. Sin embargo, como para tantas otras cosas, los médicos también recomiendan que hagan ejercicio físico. Y ese es, principalmente, el quid de la cuestión. Si el deporte ayuda a mejorar el sueño, ¿por qué es tan perjudicial para él cuando se realiza por la tarde noche?
Un estudio de estudios
Para resolver esta incógnita, los autores del estudio llevaron a cabo un metanálisis, lo que significa que repasaron muchos de los estudios existentes que trataban esta cuestión. Lo primero que encontraron fue que la mayoría de los estudios tenían en cuenta la hora en la que se realizaba ejercicio, pero no había estudios concretos sobre la relación entre la intensidad y la duración de la actividad física y el sueño de ese día. A pesar de ello, los investigadores destacan que, incluso la American Association of Sleep, había aceptado que el deporte realizado cerca de la hora de dormir era perjudicial.
Los investigadores razonaron que, si esta condición fuese completamente cierta, habría dos grupos de población afectados de la misma manera: por un lado, quienes realizan deporte por la tarde noche (que en Estados Unidos calcularon que se trataba del 20 por ciento de la población) y, por otro lado, los deportistas que, normalmente, entrenan después del colegio, de la universidad o del trabajo. Sin embargo, en los estudios que consultaron no se observó una menor calidad del sueño reseñable en estos grupos poblacionales.
Si quieres dormir mejor, haz deporte
En el estudio se afirma que, cuando la actividad física ha tenido lugar dos horas o antes de acostarse, los beneficios del deporte se mantienen intactos: se reducen los niveles de cortisol, la hormona que produce estrés y dificulta la conciliación del sueño; se mantiene la temperatura corporal; y tiene efectos positivos en el estado de ánimo.
De todas formas, los expertos han advertido que, si bien el deporte antes de dormir no repercute en la calidad del sueño, no aporta beneficios especiales. Es decir, el deporte por la noche no es mejor que por la mañana en cuanto a calidad del sueño se refiere. Es más, quienes realizaron el estudio sí que observaron un período en el que el deporte dificultaría la conciliación del sueño.
Cuando la actividad física se ha realizado una hora o antes de acostarse, el sistema cardiovascular todavía no se ha recuperado por completo. Además, los músculos pueden seguir inflamados o estar dañados y, esta condición, sí que podría dificultar el sueño. Los investigadores esperan que, después de este estudio, se lleven a cabo otros para poder establecer a partir de qué grado de intensidad y de qué duración, el ejercicio puede modificar el sueño.