La hiperplasia benigna de próstata es una de las dolencias más comunes en los varones que envejecen, afectando más del 50% de los hombres mayores de 50 años, que observan como, de repente, se incrementan sus ganas de orinar, muchas veces sin resultados positivos. Afortunadamente, existen tratamientos para esta enfermedad, pero algunos vienen con efectos secundarios que ponen los pelos de punta a quienes la sufren. El peor de todos, el riesgo de perder la capacidad de eyacular.
Por esta razón, es una buena noticia la llegada a España de un nuevo tratamiento ambulatorio que estaría "a caballo" entre la medicación y otra terapia quirúrgica más invasiva y efectiva. El nombre es Rezum y el instrumento que se utiliza para aplicarla se asemeja mucho a una pistola de los soldados imperiales de La guerra de las galaxias.
En pocos hospitales privados
La parte negativa de este hallazgo es que, por el momento, sólo está disponible en "pocos" hospitales privados, según explica a EL ESPAÑOL Juan Ignacio Martínez-Salamanca, urólogo fundador del centro Lyx en Madrid y uno de los que primero ha aprendido a aplicarla.
"Una de las razones es que la casa fabricante de la pistola requiere que se haga un proceso de formación y todavía se han hecho pocos en España", comenta, aunque aclara que no es un procedimiento "especialmente difícil de llevar a cabo".
Pero el urólogo, que también ejerce en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid, no tiene duda de que la técnica llegará a la sanidad pública, como ha ocurrido en Reino Unido, donde el Instituto Nacional de Excelencia Clínica (NICE) ha recomendado su inclusión en hospitales gubernamentales.
El procedimiento se basa en disparar vapor de agua a través de energía de radiofrecuencia. Diversos estudios han demostrado que la técnica -que es ambulatoria y se hace con sedación y anestesia local en apenas unos minutos- no repercute en la funcionalidad sexual, uno de los problemas que sí pueden dar los láseres convencionales que más se utilizan.
El equipo para llevar a cabo la técnica cuesta unos 1.200 euros y el coste del proceso para el paciente ronda los 2.000. "Hay que sumar un mínimo uso del quirófano, la anestesia local y la sedación", aclara Martínez-Salamanca.
Respecto a la posibilidad de evitar una cirugía más seria o el uso de fármacos con Rezum, el urólogo comenta que hay "datos de seguimiento a cuatro años", por lo que todavía no se puede saber aunque, en un principio, la intención es más retrasar estos pasos.