El buenrollismo y la filosofía Mr. Wonderful se han colado de lleno en nuestras vidas en los últimos años. Estamos rodeados de canciones y mensajes que nos transmiten lo bueno que es vivir y lo bonito que puede ser. Y la psicología no iba a ser menos. Técnicas como el mindfulness y el pensamiento positivo están presentes en las consultas de medio mundo para solucionar los problemas de la gente. Pero, según el psicólogo Jesús Jiménez Cascallana y la psicoterapeuta María Ibáñez Goicoechea, la realidad es que estos tratamientos plantean un problema muy serio: "No funcionan a largo plazo".
Para los que no tengan claro cómo se supone que actúan estas terapias, Ibáñez explica que el mindfulness es una técnica de meditación vipassana, consistente en estar atento a lo que hacemos, sin juzgar, apegarse o rechazar la experiencia. Esta atención se enfoca en lo que se percibe, sin preocuparse por los problemas, sus causas y consecuencias, ni buscar soluciones. Respecto al pensamiento positivo, su propio nombre indica cómo funciona y para la especialista "puede ser perjudicial".
Contra estos métodos, los expertos proponen un nuevo modelo psicológico meramente práctico, basado en los resultados de sus investigaciones durante más de 28 años y los 20 de experiencia profesional en la psicología clínica. Este matrimonio, afincado en Huesca, acaba de sacar Aprende a resolver lo que hace sufrir (La esfera de los libros), un libro que pretende ser un manual para aprender a poner la mente en orden.
A dos voces, los especialistas charlan con EL ESPAÑOL sobre los riesgos del mindfulness, el buenismo en la psicología, vivir con sufrimiento y su método de terapia que han definido como "revolucionario, lógico y certero".
¿Por qué no funcionan el mindfulness y el pensamiento positivo?
M.I: Son técnicas para calmar la mente en un momento puntual, pero no tratan de llegar a lo que la agita para resolver realmente el problema. Si no se va a la causa no funciona el tratamiento. Es como si te duele el riñón y te tomas analgésicos, no hay que conformarse con esto, hay que ir a la infección que produce el dolor.
J.J: Como tal, el mindfulness no tiene por qué ser una técnica a evitar, pero solo es paliativo. Como si alguien está muy nervioso y se va a pasear. Eso calma, pero a largo plazo no resuelve el problema. Pero si nos referimos al pensamiento positivo, sí que es perjudicial porque te evade de la realidad y te autoengañas.
Si realmente a largo plazo no funciona, ¿por qué triunfa tanto?
J.J: El pensamiento positivo ha triunfado porque la gente tiene muchos conflictos psicológicos que no nos enseñan a resolver y utilizan esta técnica para sentirse bien. Esto va relacionado con que cada vez hay una exigencia social mayor y el pensamiento positivo ha generado una esperanza rápida y fácil.
Respecto al mindfulness es una situación un poco distinta, porque genera cierta tranquilidad mental si está bien hecho, pero no resuelve el conflicto. Incluso hemos llegado a escuchar cosas como el mindfulness de las compras, que no tiene ya nada que ver.
¿El buenismo se está adueñando de la psicología?
M.I: Sí. Hay mucho porque la gente se esperanza a través de la fuerza de voluntad, el pensamiento y el convencimiento. Se autoconvence de que puede. Pero supón que tienes una pierna rota y te dicen "tu puedes", "camina bien" o "se fuerte". Esto no tiene sentido y te puede perjudicar.
J.J: Más que buenismo es ingenuidad. No sé si los que fomentan estas técnicas también se las creen, pero están fuera de la realidad ya que a largo plazo no funcionan.
¿En qué consiste el nuevo modelo que proponen?
M.I: Consiste en entender el problema y no buscar culpables, ni fuera ni dentro, sino tener curiosidad por descubrir la causa. Si no se va a la causa, el problema no puede ser resuelto y para resolverla no se puede hacer solo con el pensamiento.
J.J: Además de ir a las causas abogamos por no tapar los síntomas. El método que seguimos para abordar la parte emocional no lo hemos visto en ningún sitio: sintiendo, no razonando sobre las emociones, sino sintiéndose en el cuerpo. Y explorándolas y descubriendo cómo reacciona la mente y cómo evoluciona cuando uno le presta atención y entiende sus causas.
Uno de los capítulos de su libro plantea la pregunta de si es posible acabar con el sufrimiento...
M.I: Desde luego que es posible, si no, la vida no tendría sentido. Ese es el objetivo de la vida y la evolución del ser humano. Se evoluciona a través de la comprensión de los problemas que afectan a uno y su desarrollo. Por ejemplo, cuando sufres las consecuencias de un jefe, la mente se ocupa en culpar al otro y no se orienta en entender lo que duele. Pensar en qué me ayuda a sentir odio o ira es la capacidad de orientar la mente hacia uno mismo para resolverlo.
Otro de los apartados de su libro apunta a lo que nos impide ser libres y felices...
J.J: El miedo impide ser feliz. Lo que pasa es que la gente te dice "no tengas miedo" y eso no funciona para resolver las causas.
M.I: Este miedo puede ser a la opinión de los demás, a quedarse sin trabajo, al desprecio de la gente, la crítica... Hay muchos miedos, lo que pasa es que uno no es consciente. No sabe que detrás hay un miedo tapado con otras emociones y otras aptitudes.
¿Cuál es la clave para ser feliz?
J.J: Resolver el miedo. Aprender a resolverlo. Entendiéndolo racionalmente, pero aprendiendo a sentir y perdiendo miedo al miedo.
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