Cuando acabe este año, en España se habrán diagnosticado 29.503 casos de cáncer de pulmón, según el informe Las cifras del cáncer de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Es el tercero más común en hombres y en mujeres -puesto que alcanzará a final de este año por la entrada más tardía de este género en el tabaquismo- y en 2018 causó casi 23.000 muertes, lo que pone de manifiesto la gravedad y el mal pronóstico de esta enfermedad.
Sin embargo, como ocurre con el término "cáncer" en general, también al hablar de "cáncer de pulmón" hay que establecer diferencias. Los distintos subtipos de la enfermedad influyen enormemente en el pronóstico e incluso existen algunos con un pronóstico favorable, asociado a un 88% de supervivencia diez años después del diagnóstico.
Así se vuelve a recordar en un estudio publicado en la revista Nature Communications que arroja dos conclusiones muy interesantes: la primera, que la inteligencia artificial ha generado algoritmos que, a partir del análisis del perfil molecular de los tumores, pueden distinguir a los pacientes con un pronóstico favorable de aquellos con más posibilidades de no superar la enfermedad. La segunda y más llamativa, que existe un subtipo de cáncer de pulmón no identificado hasta la fecha, al que los investigadores han bautizado como cáncer de pulmón supracarcinoide.
Sin relación con el tabaco
Se trata de un cáncer de pulmón no relacionado con el hábito tabáquico, que tiene mal pronóstico y que es raro. El cáncer de pulmón más común continúa siendo el carcinoma escamoso o epidermoide, que sí es muy frecuente en personas fumadoras.
El hallazgo se ha llevado a cabo en la Agencia internacional para la Investigación en Cáncer (IARC), el mismo organismo de la Organización Mundial de la Salud que suele llevar a cabo estudios que relacionan distintos agentes con el riesgo de cáncer.
"Hemos identificado el cáncer de pulmón supracarcinoide usando secuenciación tecnológica innovadora que ofrece información sobre las características moleculares de los tumores", explica la investigadora Lynette Fernández-Cuesta, científica en el Grupo de Susceptibilidad Genética del IARC y coautora del estudio.
"Los pacientes con este tipo de cáncer tiene peor supervivencia general que los que padecen otros tipos de carcinomas pulmonares", añade la experta.
En el mismo estudio los investigadores desarrollaron una herramienta para distinguir a los pacientes con mayor supervivencia de los que presentaban una menor (de sólo un 27% a los diez años).
El trabajo permitió a los investigadores crear un mapa molecular del cáncer pulmonar. Ese peculiar mapa juega un papel calve en la medicina personalizada, porque las tecnologías de secuenciación que se han usado para hacerlo podrían usarse también para predecir qué tratamientos serían más eficaces en cada caso.