Que la COVID-19 es una enfermedad que afecta más gravemente a los pacientes más mayores que a los jovenes, es algo que se viene repitiendo desde el inicio de la epidemia. Pero también desde esas fechas se dice que los jóvenes no son inmunes a la infección por el coronavirus Sars CoV-2. Ahora, por primera vez, los datos en España lo demuestran.
Además de los distintos reproches sobre la gestión de la crisis del coronavirus -que algunos comparten y otros no- hay un clamor casi unánime entres los científicos y, por supuesto, la población general: la falta de transparencia en los datos.
Muchos se sorprenderán al leer esto porque es cierto que ha habido muchísima comunicación del Ministerio y las comunidades autónomas hacia el exterior. Ruedas de prensa diarias -e incluso dos en un día-, notas, comunicaciones, campañas en Twitter...
Pero son muchos los datos que se siguen reclamando. A saber, la existencia y distribución del material sanitario que todos dicen que falta; el número de personal sanitario afectado y su distribución por áreas de especialización y comunidades autónomas o los hospitales más y menos afectados por el colapso sanitario que es realidad en algunos centros y no en otros.
Pero existe un tipo de datos que parecen a priori más sencillos de dar y son los demográficos. Este jueves, por primera vez, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, ha ofrecido los primeros datos en este sentido.
En la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité Técnico de Emergencia del Covid-19, Simón ha esbozado una primera radiografía de los afectados por la enfermedad que provoca el coronavirus según edades.
Así, el 51% de los afectados son mayores de 65 años por lo que el 49% son más jóvenes de esta edad. Aunque, según Simón, se trata de datos preliminares y que no están bien analizados, el experto aclaró que la distribución por edades no es homogénea, lo que podría explicar la diferencia letalidad en unas comunidades autónomas y en otras.
Sería en las regiones donde más brotes ha habido en residencias de ancianos y centros de día en las que más subiría la mortalidad, algo que encajaría con las elevadas cifras de Madrid.
Porque este nuevo análisis no cambia la realidad científica de que el virus es mucho más letal en personas mayores que en jóvenes, como demostró el estudio que más casos de COVID-19 ha analizado, más de 70.000. De hecho, Simón ha desvelado que en España han muerto por la enfermedad tres personas menores de 65 años, por lo que se situarían por encima de esa edad las 764 víctimas mortales restantes.
Dentro de la distribución de edades que ha hecho pública el Ministerio de Sanidad, se ha desvelado también que el 33% de los afectados tiene más de 65 años y el 18% más de 75. De estos, casi un tercio desarrolla neumonías graves.