Factores genéticos e inmunológicos explicarían un 15% de los casos graves de Covid-19 en el mundo y en España, según dos estudios internacionales en los que ha participado, entre otros, los hospitales Vall d'Hebron de Barcelona, Clínica Universidad de Navarra, Bellvitge de L'Hospitalet, Can Ruti e IrisCaixa de Badalona y Mútua de Terrassa y que publica hoy la revista Science.
Uno de los estudios ha revelado que el 3,5% de los pacientes con neumonía grave tienen mutaciones en genes que impiden la actividad de los interferones de tipo I, unas moléculas clave para luchar contra las infecciones por virus, entre ellos el SARS-CoV-2.
La otra investigación ha demostrado que un 10% de los casos graves tienen una respuesta autoinmune frente a estos interferones de tipo I, lo que significa que su propio sistema inmunitario impide una respuesta adecuada contra el virus y, además, podría explicar la mayor vulnerabilidad de los hombres y los mayores de 65 años.
Los investigadores, liderados por la Universidad Rockefeller en Nueva York y el Hospital Necker para Niños Enfermos de París, han intentado descifrar por qué la respuesta individual a la infección por el virus SARS-CoV-2 varía tanto de una persona a otra.
En el primer estudio, los investigadores analizaron variaciones genéticas a partir de muestras de sangre de más de 650 pacientes que habían sido hospitalizados por neumonía grave por COVID-19, un 14% de los cuales murieron, e incluyeron también muestras de otro grupo de más de 530 pacientes asintomáticos o con infección leve.
Los investigadores buscaron diferencias entre los dos grupos, analizando 13 genes conocidos por ser importantes para la defensa contra el virus de la gripe mediante los interferones de tipo I.
Los resultados mostraron que un número significativo de personas con enfermedad grave tenían alguna alteración en estos 13 genes y, específicamente, más del 3% tenían mutaciones que impedían una respuesta adecuada contra el virus SARS-CoV-2 por falta de actividad de los interferones de tipo I.
"Los interferones de tipo I son uno de los principales mecanismos que la inmunidad innata tiene para luchar contra las infecciones virales. De hecho, durante los últimos 15 años ya se han descrito mutaciones en estos 13 genes en casos puntuales y excepcionalmente graves de otras infecciones víricas como la gripe o la encefalitis por herpesvirus", ha explicado el investigador del Grupo de Investigación en Inmunología Diagnóstica del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR), Roger Colobran.
"Lo que nos ha sorprendido en este estudio -ha añadido- es la elevada frecuencia con la que hemos encontrado estas alteraciones en pacientes con COVID-19 grave".
Formas graves de enfermedad
Según la profesora Aurora Pujol, genetista en el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), "ahora que conocemos una de las causas moleculares de por qué algunas personas jóvenes desarrollan formas graves de la enfermedad podemos afinar nuestras opciones terapéuticas, como el tratamiento con interferón".
Según Pujol, esta lista de mutaciones, que también podrían ser relevantes en otros virus, es posible que se vaya ampliando a medida que se estudien más casos.
"Los enfermos de COVID-19 con peor pronóstico que no tienen ninguna de estas alteraciones, puede que tengan alguna patología previa no diagnosticada u otras susceptibilidades genéticas que causen una respuesta inmune incorrecta", ha aclarado la investigadora.
La segunda investigación ha descrito una respuesta autoinmune contra los interferones de tipo I.
En este caso, los investigadores examinaron 987 pacientes con neumonía grave por COVID-19 y encontraron que más del 10% tenían anticuerpos propios contra los interferones al inicio de la infección.
En algunos casos, estos anticuerpos fueron detectados en muestras de sangre tomadas antes de que los pacientes se infectaran y, en otros casos, se encontraron en estadios iniciales de la infección, y de los 101 pacientes con estos anticuerpos contra los interferones de tipo I, 95 eran hombres.
"Este sesgo de género sugiere la presencia de algún factor genético, que podría estar localizado en el cromosoma X, que de alguna forma favorezca la aparición de este fenómeno autoinmune de forma más prevalente en hombres. Esta es una de las hipótesis que se está trabajando dentro del consorcio COVID Human Genetic Effort", según Colobran.
Además, cerca de la mitad de los pacientes que tenían estos anticuerpos tenían más de 65 años, mientras que solo se encontraban en un 38% de los menores de 65 años, por lo cual parece que la frecuencia de estos anticuerpos aumenta con la edad.
Así, la respuesta autoinmune contra los interferones podría explicar la mayor vulnerabilidad de los hombres y de las personas mayores de 65 años a sufrir COVID-19 grave.
Los investigadores analizaron también la presencia de autoanticuerpos en la población general sana, y en estos casos, solo 4 de las 1.227 personas analizadas tenían este tipo de anticuerpos.
"Estos hallazgos refuerzan la idea de que estos autoanticuerpos tienen un papel como causa de estas formas graves y que no son una consecuencia", ha sentenciado Andrea Martín, investigadora del Grupo de Investigación de Infección en el Paciente Pediátrico Inmunodeprimido del VHIR.