Obsesionados con las incidencias acumuladas y las trifulcas políticas, a veces da la sensación de que esto no es más que un juego estadístico sin consecuencias. Ya no se ven urgencias colapsadas ni morgues improvisadas en España. No hay hospitales de campaña saturados ni hay velatorios vacíos.
Sin embargo, la realidad es tozuda: el número de casos deriva necesariamente en fallecidos, aunque sea difícil saber exactamente la cifra: Sanidad ha incorporado 2.821 fallecidos a lo largo del mes de septiembre, pero no es posible saber cuántos de esos fallecidos corresponden al mes en cuestión y cuántos son atrasados que se incorporan ahora.
Más exacta parece la cifra que dan las comunidades autónomas en sus informes diarios y que recopila en un trabajo extraordinario el usuario de Twitter, @homosensatus. Según dichos informes, en España habrían muerto en septiembre exactamente 3.146 personas, una cifra que sorprendentemente pasa inadvertida continuamente. No son los 10.000 o 15.000 (imposible saberlo) de marzo y abril, pero son demasiados.
Para darse cuenta de lo que ha supuesto este mes en el impacto de la pandemia, baste decir que del 10 de mayo al 3 de septiembre solo habían muerto, según el Instituto de Salud Carlos III, 1.140 personas. Hablamos de casi el triple de muertes en un solo mes comparado con los cuatro anteriores.
Si es muy difícil saber la cifra exacta, más complicado es saber a quién está afectando más la Covid 19-en esta segunda ola. El consenso generalizado sigue siendo que "esto es una cosa de viejos" y da miedo cómo a veces se suelta esta afirmación con cierto alivio.
Los datos parecen confirmar esa teoría: si nos vamos al MoMo, que no mide exactamente la mortalidad por coronavirus pero sí nos sirve de indicativo al darnos el número de muertes no esperadas, en septiembre habrían muerto en España 2.845 personas con las que no se contaba, lo que casi confirma el número de defunciones contemplado por Sanidad en sus informes diarios. Eso nos da un exceso del 8,69%... y es bastante improbable que los datos estén completamente actualizados.
Ahora bien, si hacemos el recuento por franjas de edad, las diferencias son brutales: en los menores de 65 años el exceso se reduce a 173 personas, es decir, un 3,73% sobre el total esperado, dentro incluso de los márgenes de error. Es en los mayores de esa edad donde vemos la auténtica catástrofe: 2.672 fallecidos en exceso, un 9,46% más de lo esperado.
Sigamos con otras fuentes para confirmar estos datos -como ven, fuentes no faltan, lo que falta es una única que dé todos los datos de una sola vez- y observemos las cifras del Instituto de Salud Carlos III, que no cuadra por meses sino por semanas. Según sus informes, del 3 al 30 de septiembre habrían muerto en España 2.489 personas… y si estiramos la fecha hasta el 7 de octubre, nos salen 3.210 en 34 días, prácticamente a 100 por día.
Quedémonos con esta última cifra por ser la más cercana en el tiempo y examinemos los distintos grupos de edad: hay 11 menores de 29 años entre las víctimas, 47 entre 30 y 49 años y 383 entre 50 y 69 años. En total, 441 fallecidos menores de 70 años. A partir de ahí, las cifras se disparan: 571 entre 70 y 79 años… y hasta 2.154 en los mayores de 80, que tienen una tasa de mortalidad por caso disparatada: el 11,39% de los que contrajeron el virus dentro de ese grupo de edad acabaron falleciendo, es decir, más de uno de cada diez.
De la capacidad de aislar a estos grupos de riesgo en el futuro dependerá que la cifra de fallecidos se mantenga en los próximos meses en torno a los 2.500-3.500 o se dispare. De entrada, las cifras por comunidades autónomas, nos dicen que en los primeros siete días de octubre (y es imposible que estén actualizadas) ya han muerto 675 personas, es decir, unas 100 al día, lo que de nuevo nos llevaría a más de 3.000 fallecidos al final del mes.
Por supuesto, la comunidad con más defunciones es Madrid con diferencia: hasta 988 fallecimientos se han ido añadiendo al acumulado a lo largo del mes de septiembre. Una cifra que parece que se ampliará en octubre, pues ya llevamos 298 muertos en solo ocho días, una media diaria que nos llevaría a los 1.150 a final de mes.
¿Se podrían haber evitado esos casi 1.000 muertos de septiembre y parte de la previsión de octubre de haber tomado medidas antes? Desde luego, pero parece que aquí prevalece también el criterio de que esta enfermedad se ceba únicamente en algunos grupos de edad y que no merece la pena proteger al resto de la población de la amenaza. Como si los ancianos se contagiaran de la nada.
El último informe epidemiológico semanal de Madrid, que abarca del 28 de septiembre al 5 de octubre, nos dice que apenas el 7-8% de los casos afectan a mayores de 75 años… pero los fallecidos de ese grupo de edad suponen el 72% del total.
Si queremos tener un plan de futuro con respecto a la enfermedad en términos de "salvar al 1% mientras el 99% sigue haciendo vida normal", vamos a tener que poner barreras claras entre los distintos grupos de riesgo. Cómo es posible hacer eso, sinceramente, se me escapa, pero algo habría que ir preparando para que no nos pille de nuevo el toro.