En la última actualización de la Estrategia de detección precoz, vigilancia y control de Covid-19 del Ministerio de Sanidad se contesta, como se lleva haciendo meses, a una de las cuestiones que más inquietud generaban en los que parecen lejanísimos inicios de la pandemia: ¿qué es un contacto estrecho?
La respuesta a esta pregunta es clave para un asunto vital en el manejo de la transmisión del coronavirus: el rastreo. Por eso, era importante contar con una definición clara, una que ha quitado el miedo a muchos durante estos meses. Una que puede estar a punto de cambiar.
Segun el citado documento oficial, se considera contacto estrecho "a cualquier persona
que haya estado en el mismo lugar que un caso, a una distancia menor de 2 metros y durante más de 15 minutos".
¿Qué significa esto a efectos prácticos? Por ejemplo, que si una oficina es grande y un empleado da positivo en una prueba de Covid-19, no todos sus compañeros tendrían -en una situación ideal- que hacerse una PCR o un test de antígenos; sólo estaría recomendado para los que se sientan a menos de dos metros de dicha persona y lo hicieran durante un cuarto de hora o más.
¿Se ha cruzado con ese empleado en el baño un momento? No pasa nada. ¿Ha coincidido en la cocina el tiempo que tardaba en hacerse un café? Tampoco.
El problema de esta definición, que está en vigor desde principios de febrero -la OMS lo específicó muy al principio de lo que entonces sólo era una epidemia- es que no tenía en cuenta la gran polémica científica sobre el coronavirus Sars CoV-2: su posible transmisión por aerosoles, algo que la OMS no reconoce -aunque apunta a su viabilidad- y que España acaba de reconocer de forma oficial por primera vez.
Asímismo, tampoco se tenía en cuenta que no todas las personas infectan por igual, y que la regla no influye de la misma forma si el encuentro se produce en espacios ventilados o cerrados.
Los Centros de Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) de EEUU sí reconocen la transmisión por aerosoles y, además, acaban de publicar en su boletín semanal -Morbidity and Mortality Weekly Report (MMWR)- un caso que desafía por completo el concepto actual de contacto estrecho y que, de hecho, ha provocado que cambie su definición.
A partir de ahora, se considera que un contacto estrecho es aquel que pasa 15 minutos con alguien infectado a lo largo de 24 horas, aunque sea en periodos breves.
Así, que volviendo a ese compañero de trabajo infectado, para ser contacto estrecho no habría que estar sentado a menos de dos metros. Si se suman dos encuentros en el baño, dos en la cocina y dos en la fotocopiadora, la persona ya podría considerarse tal.
El estudio que ha motivado el cambio -cuyos autores son de los propios CDC y del Departamento de Salud y Correccionales de Vermont-relata el caso de un oficial de un correccional de la citada ciudad estadounidense que contrajo la Covid-19 durante "múltiples encuentros breves" con seis internos que tenían la enfermedad.
Eran individuos que estaban esperando el resultado de sus test mientras esas breves interacciones tuvieron lugar. Cuando el funcionario fue diagnosticado de Covid-19 el pasado mes de agosto, los responsables de salud y otros profesionales del centro revisaron las grabaciones de las cámaras de seguridad, para ver cómo y cuánto tiempo había tenido trato con los afectados.
Aunque el policía jamás pasó 15 minutos seguidos con ninguno de los afectados -y llevaba siempre mascarilla higiénica y protectores oculares- la suma de sus interacciones sí superaba el cuarto de hora, ascendiendo a 17 minutos.
El nuevo estudio, según los autores "añade que el caso supone una adición al conocimiento científico sobre el riesgo de los contactos con afectados por Covid-19 y subraya la importancia de llevar siempre mascarilla" -los afectados la llevaban en su mayoría, pero no en todas las interacciones-.