Un nivel alto de azúcar en la sangre, independientemente de la presencia o no de diabetes, aumenta la probabilidad acumulada de mortalidad en pacientes con Covid, según un estudio vinculado al Registro Clínico SEMI-COVID-19 de la Sociedad Española de Medicina Interna (Semi).
El objetivo principal de esta investigación, que ha sido publicada en la revista Annals of Medicine, era evaluar la asociación entre los niveles de glucosa en sangre y la mortalidad hospitalaria en pacientes no críticos hospitalizados con coronavirus en España.
Para llevarla a cabo se evaluaron los datos clínicos de 11.312 pacientes, que fueron clasificados en tres grupos según los niveles de glucemia -concentración de glucosa libre en la sangre- en el momento de su ingreso: 140 mg/dl, 140-180 mg/dl y 180 mg/dl. El criterio de valoración principal fue la mortalidad hospitalaria por todas las causas.
Y la conclusión es que la probabilidad acumulada de mortalidad fue significativamente mayor en aquellos con hiperglucemia que en aquellos con normoglucemia, independientemente de la presencia de diabetes.
De los más de 11.000 enfermos analizados, solo 2.128 (18,9 %) tenían diabetes y 2.289 (20,4 %) fallecieron durante la hospitalización.
Las tasas de mortalidad hospitalaria para el primer grupo (glucemia 140 mg/dl) fueron del 15,7 %; del 33,7 % para aquellos con el nivel intermedio de azúcar en sangre (140-180 mg/dl); y del 41,1 % para los pacientes con la concentración más alta (180 mg/dl).
Así, el estudio confirma que la hiperglucemia -después de ajustar parámetros por edad, diabetes, hipertensión y otros factores de confusión- fue un factor de riesgo independiente de mortalidad y, además, también se asoció con requisito de ventilación mecánica, ingreso en UCI y mortalidad.
El coordinador de la investigación y también del Grupo de Diabetes, Obesidad y Nutrición de la Semi, Javier Carrasco, aconseja a todos los pacientes con Covid-19 que evalúen su nivel de glucemia y, de ser alta, consultar con su médico.
"Los pacientes diabéticos podrían necesitar intensificación del tratamiento en las primeras fases de la enfermedad y en los pacientes no diabéticos podría ser necesario iniciar tratamiento", concluye el doctor.
Esta investigación es una de las 70 en marcha ligadas al Registro SEMI-COVID-19, que contiene datos de más de 17.000 pacientes infectados y en el que participan casi 900 médicos internistas de 214 hospitales de todo el país.