Hay personas que logran convivir con ella, pero para la mayoría sufrir incontinencia fecal es sinónimo de acabar totalmente con su vida social, la principal consecuencia de padecer una de las enfermedades que más estigma provocan, como demuestra que nunca se hable o se escriba sobre este asunto.
La incontinencia fecal es la incapacidad para controlar los movimientos intestinales, lo que provoca pérdidas involuntarias de heces.
Los pacientes de incontinencia fecal no son pocos: el número de afectados asciende a unos 67 millones de personas sólo en Europa. Todos tienen algo en común: padecen una enfermedad incurable.
Por eso es una buenísina noticia para ellos -y para toda la sociedad- que el programa marco de investigación de la Unión Europea Horizon 2020 haya concedido 9,5 millones de euros a un proyecto sobre la utilización de las terapias celulares para tratar esta patología dirigido a encontrar una posible cura.
Actualmente, se dispone de medios eficaces para combatir sus síntomas, pero todavía no existe una cura. "La única alternativa que se ha mostrado eficaz es la neuroestimulación, pero solo es útil en un grupo reducido de pacientes y su coste es elevado", explica Héctor Guadalajara Labajo, investigador del Instituto de Investigación Sanitaria Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD, UAM) y jefe del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del hospital madrileño.
La hipótesis que los científicos van a evaluar es si extraer las propias células musculares del paciente e implantarlas en el músculo dañado para favorecer su regeneración y restaurar la normalidad en su función es eficaz.
Se trata de un nuevo enfoque terapéutico que nunca antes se había intentado a tal escala.
Coordinado por el University College de Londres (UCL), este proyecto, de una duración de cinco años, será llevado a cabo por un consorcio formado por 13 organizaciones de nueve países llamado AMELIE (Anchored Muscle cELls for IncontinencE; en español, "Células musculares ancladas para la incontinencia"), del que forma parte el IIS-FJD.
Los científicos unirán células autógenas derivadas del músculo esquelético estriado a microtransportadores implantables para mejorar la administración y el injerto de células en pacientes con incontinencia fecal.
Este método se evaluará en un ensayo clínico aleatorizado. Se prevé que el tratamiento mejore la viabilidad celular y aumente la probabilidad de regeneración muscular, lo que ayudará a paliar la enfermedad.
Tal y como comenta Guadalajara, el grupo de investigación del instituto "tendrá presencia durante todo el estudio, tanto en los estudios preclínicos como durante el ensayo clínico, reclutando y tratando a pacientes".
Desde hace varios años, el grupo de investigación del IIS-FJD es líder mundial en terapia celular y, en concreto, es una referencia en el tratamiento con células madre mesenquimales procedentes del tejido adiposo de donantes. "Nuestro hospital acumula la mayor experiencia en aplicar terapias celulares. Además, hemos tratado a un gran número de pacientes con neuroestimulación y otras técnicas avanzadas para el abordaje de la incontinencia fecal", señala Guadalajara. Cabe destacar, además, las investigaciones realizadas por el centro acerca de otras patologías como la enfermedad de Crohn y la fístula perianal.
En cuanto a la incontinencia fecal, el IIS-FJD ha realizado recientemente, en colaboración con la Iniciativa Andaluza de Terapias Avanzadas, una investigación acerca de su tratamiento con células madre mesenquimales.
Publicado en Colorectal Disease, este trabajo y sus conclusiones guían ahora el proyecto AMELIE. "Sabemos que las células madre mejoran los fenómenos de cicatrización, pero nos encontramos lejos de conseguir células que regeneren tejidos. Con este nuevo trabajo, las células se inyectan en unas esferas que esperamos que les permitan mantenerse vivas durante más tiempo", expone el investigador. "En esta nueva investigación, vamos a trabajar con células musculares para intentar reparar un defecto muscular", concluye Guadalajara.