Es difícil en Madrid conseguir cita para la semana previa a la Nochebuena para hacerse un test de antígenos, el aparente sustituto de la PCR que podría bautizarse en estas fechas como la prueba de la tranquilidad, ya que es eso justo lo que buscan las personas perfectamente sanas que están dispuestas a dejarse su tiempo y su dinero en que les introduzcan un hisopo por la nariz y les digan si son positivos al coronavirus Sars CoV-2.
La portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología (SEIMC) y microbióloga del Complejo Hospitalario Universitario a Coruña (CHUAC) María Tomás es rotunda en sus declaraciones a EL ESPAÑOL. "Un negativo en un test de antígenos no te garantiza que no estés infectado", explica.
Un mensaje que parece no haber calado en la sociedad ni en los laboratorios privados que ofertan la prueba por un precio de entre 30 y 50 euros y que publicitan la herramienta como garantía de tranquilidad en las cenas de Nochebuena que el Gobierno ha limitado a diez personas, pero dejando abiertas las puertas a que éstas sean de convivientes o no.
"Es poco útil. Está claro que si una persona da positivo se tiene que quedar en casa, pero si es negativo puede ser positivo", señala por su parte Tomàs Pumarola, también portavoz de la SEIMC.
Esta sociedad científica ha difundido una serie de recomendaciones para pasar una Navidad segura y, entre ellas, hay una mención a los test de antígenos. "No se sabe cómo se comportan los test de antígenos (rápidos) en personas que no presentan síntomas o a partir del quinto día de contraída la infección. Un resultado negativo no descarta que puedas estar infectado. No relajes las precauciones", se lee en el punto ocho.
La Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME) ha lanzado también un comunicado en el que advierten sobre estas pruebas. "Así, un resultado negativo de una prueba de antígenos no excluye el desarrollo de enfermedad o la posibilidad de contagiar (sobre todo en los días inmediatamente posteriores a la prueba) y no es buena idea relajar las medidas de distanciamiento social basándose en una prueba negativa que genera una falsa seguridad).
Los propios fabricantes del primer test de antígenos utilizado en España -Panbio, de los laboratorios Abbott -que en Madrid se popularizó cuando la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, anunció que la iba a utilizar en cribados masivos, es decir, a personas asintomáticas, son claros al descartarlos como pruebas 100% fiables: "Un resultado negativo no excluye la posibilidad de que el paciente esté infectado por la Covid-19 y no puede utilizarse como única base para determinar el tratamiento o para tomar otras decisiones terapéuticas. A la hora de tomar una decisión, un resultado negativo debe combinarse con las observaciones clínicas, el historial del paciente y la información epidemiológica", se lee en su ficha técnica.
Sin embargo, la evidencia científica en torno a la sensibilidad de estos test ha ido cambiando con los meses. En un principio, no se indicaban directamente para personas asintomáticas. Ahora, diversos estudios demuestran que sí detectan la enfermedad en personas sin síntomas. El problema: sólo lo hace en un porcentaje de ellas. Y ese porcentaje es muy heterogéneo.
Salvador Peiró, investigador de FISABIO, una fundación de investigación biomédica dependiente de la Generalitat Valenciana, ha recopilado los estudios publicados que evalúan la sensibilidad de estas pruebas en asintomáticos.
Los resultados son completamente heterogénos y la media de sensibilidad que otorgan a los test de antígenos los estudios es de algo más del 60%, lo que supondría que se escaparían algo menos de la mitad de los positivos sin síntomas.
"Hay sospechas de que si se repiten las pruebas mejoraría la sensibilidad pero, ¿cada cuánto tiempo hay que repetirlas?", se pregunta Tomás, que insiste en que el resultado depende de muchos factores.
Esta especialista defiende los test de antígenos, pero en un "contexto clínico y epidemiológico", lo que implica usarlos donde están más probados, en los primeros cinco días de síntomas de Covid-19 o en contactos estrechos siempre que se acompañen de medidas posteriores, sobre todo cuarentenas. "No puedes hacerte un test e irte a cenar", resume.
De la misma opinión es Pumarola: "Lo que hay que hacer es respetar las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Es algo que puede ser fácil en el aperitivo, pero no tanto después de varias copas de vino y cava".
Este especialista recuerda sin ir más lejos que Donald Trump y su mujer se contagiaron de Covid en el acto de nominación de Amy Coney Barrett, en la Casa Blanca, como nueva jueza del Supremo. "Antes, todo el mundo se hizo el test de antígenos pero, si se ven las imágenes, se ve como la gente se besa y se abraza y eso es lo que no se puede hacer".
En definitiva, un suspenso a las pruebas de antígenos como herramienta de tranquilidad para las cenas de estas fechas. "Lo que hay que hacer es comer con convivientes", concluye Tomás.