Este domingo empieza en España la campaña de vacunación contra la primera inmunización frente a la Covid-19 autorizada en Europa, conocida por todo el mundo como "la vacuna de Pfizer", por ser éste el gigante farmacéutico que más dinero ha aportado al producto.
Pero esta denominación no es la más precisa: en primer lugar, porque Pfizer no es el único laboratorio detrás de este milagro de la ciencia y, en segundo, porque la vacuna tiene un nombre propio, como se puede ver en su ficha técnica publicada en la web de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
En el día previo al comienzo de la campaña de vacunación más importante de los últimos 60 años, he aquí algunos datos sobre la vacuna que seguramente desconozca el lector.
No es sólo de Pfizer
La "vacuna de Pfizer" no es sólo de esta gran multinacional farmacéutica, pero es de justicia reconocer que sin ella, probablemente no habría llegado a las jeringas en las que se inyectará, o al menos no tan pronto. Fue la biotecnológica alemana BioNTech la que empezó a trabajar en el desarrollo de la que se ha convertido en la primera vacuna autorizada en EEUU y Europa.
De hecho, lo hizo en enero, después de que su fundador -el investigador turco e inmigrante a Alemania Ugur Sahin- leyera un artículo sobre el nuevo virus descubierto en China y asumiera antes que muchos que iba a ser el origen de una pandemia mundial, como se cuenta en este artículo de The New York Times.
En BioNTech no sólo aceleraron el desarrollo de un prototipo de vacuna -sus empleados se quedaron sin vacaciones de Navidad-, sino que prontoreconocieron que ellos solos no iban a poder con semejante tarea. Para marzo, firmaron un acuerdo con Pfizer, compañía con la que ya colaboraban en busca de una vacuna mejor contra la gripe estacional.
La farmacéutica estadounidense fue clave en el desarrollo de los ensayos clínicos que han llevado a la aprobación acelerada de la vacuna.
Y se llama...
Los productos farmacéuticos tienen nombres extraños hasta que llegan al mercado. De hecho, se suelen denominar como la molécula o combinación de éstas que consituyen el principio activo, junto a las siglas del laboratorio fabricante.
Así, la vacuna de Pfizer y BioNTech ha sido durante meses BNT162b2, pero ya es toda una señora con nombre propio: Cominarty. Si nos fijamos, en su nombre se incluyen unas siglas muy importantes MRNA, que corresponden a ARN mensajero.
Una tecnología nueva
Porque Cominarty, como sucede también con la segunda vacuna frente a la Covid-19 aprobada en EEUU, la de Moderna -de ésta no se conoce nombre comercial- se basa en la tecnología de ARN mensajero, un sistema no utilizado hasta ahora en fármacos aprobados, aunque sí en investigación.
Se trata de una tecnología que, básicamente, desafía el concepto tradicional de vacunación, en el que se inyecta un virus atenuado para que el organismo pueda luchar de verdad cuando le llegue el auténtico. Pero en esta ocasión no se usan virus, sino ARN mensajero sintético creado en el laboratorio, el cual contiene una copia de parte del código genético viral del patógeno. Toda una revolución que ha demostrado su eficacia en el momento más necesario.
Un cuarto de hora
Aunque Cominarty ha demostrado ser una vacuna segura -requisito imprescindible para recibir la autorización de las administraciones sanitarias- se han observado escasísimos casos de anafilaxia, una grave reacción alérgica.
Esto, a pesar de algunas informaciones falsas difundidas en un primer momento, no supone ningún riesgo para las personas alérgicas. Pero si implica que la vacuna se ha de administrar por personal sanitario, que deben disponer de tratamiento para una reacción anafiláctica si se produjera. Puesto que podría no ser algo inmediato, se recomienda esperar 15 minutos antes de abandonar las instalaciones donde se ha recibido la inmunización.